—No puedo. Hace mucho calor —me quejé intentando recibir aire del ventilador.
—Ponte la maya. Acaban de escribir los Giordano en el grupo —me avisó mi madre levantándose del sofá.
Tomé el móvil rápido y abrí el grupo que había creado Mara con toda su familia y la mía.
Axel: ¿Quieren venir a la pileta? Ya la mandamos a limpiar.
Lis: Adjunto pruebas.
Y mandó una foto donde aparecían Leo y Luis jugando con los pequeños mientras Lau estaba recostado en el borde y Mara y Keyla en una esquina.
Claramente esa esquina no estará limpia, pensé al ver cómo se estaban besando.
Emily: ¿El agua está fría?
Lis: Está en el punto perfecto. Vengan. Hay licuados.
Alejandro: En dos minutos estamos allí.
Mandaron algunas risas y más. Me levanté del sofá, pero me senté rápido cuando me atropelló un mareo.
Ya había tomado las pastillas temprano, así que supongo que tengo que comer algo. Comeré en la casa de los chicos.
Subí las escaleras pensando en lo que sería este verano. Mayormente en verano los mareos son peores y necesito más tiempo para regularme.
Estábamos a dos semanas de... la explosión de hormonas. Luego de eso, no nos vimos mucho por los exámenes que tenía la otra semana. Estaban todos cerrando temas y decidimos aguardar estas dos semanas para ponernos al día y luego recibir las calificaciones juntos.
Así que luego de ese sábado, no me tocaron ni un pelo.
Contrólate, mujer.
Decidí un bikini celeste con la ropa interior negra y guardé en la mochila unas bragas, corpiño y toalla.
Salí del cuarto luego de ponerme una remera de Lucas y me crucé con Emily que no había ni contemplado llevarse toalla. Estaba con una bikini y chanclas.
—¡Vamos! —chilló entrando a la habitación de mis padres.
Me asomé y los vi guardando las toallas.
—Ya listos. Vamos —indicó papá y salí de la casa emocionada.
Demonios, hace rato no los veía.
Y mamá se dio cuenta por cómo estaba sonriendo.
Caminé a la casa de los hermanos y nos abrió Luz.
—¡Hola! ¿Cómo están? —saludó a todos y cerró la puerta.
Le respondimos y recorrí la casa con la mirada luego de avanzar por el pasillo. Seguía todo pulcro y ordenado.
Si tengo algo, es admiración por mantener esta casa limpia.
—Pasen, saben por dónde es —nos dijo y caminé hasta el patio.
La puerta estaba abierta, así que cuando salí, me vieron de inmediato los hermanos.
—¡Elizabeth! —chillaron Liam y Levi y salieron de la pileta para abrazarme.
Alcancé a sacarme la remera de Lucas para que no me mojen.
—¡Hola, mis niños! ¿Me extrañaron? —les pregunté cuando se separaron.
Asintieron enérgicamente y luego se fueron a tirar de bomba a la piscina. Atrás fue Emily, que el tiempo me fue justo para sacarse las chanclas y tirarse. Me acerqué a la piscina y las acomodé con el resto del calzado. Les sonreí a los chicos y les hice una seña que en dos minutos me tendrían. E intenté no distraerme con ellos en maya y con todo su pecho al aire libre.
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Inefable
RomanceElla era un desastre. Ellos eran cinco hermanos con una familia caótica. Ella era libros, ejercicio y estudios. Ellos eran calculadores, indiferentes y hermosos. Si se juntan los dos, ¿Qué surgiría? Muchas cosas, pero primero: El amor.