*Denle la bienvenida al último capítulo. Dejen sus reacciones en comentarios que voy a estar leyendo 💗. Ahora sí, disfruten.*
Elizabeth: ¿Todo bien? ¿Están vivos?
Fruncí el ceño al ver que pasaban los minutos y no contestaban. Eran las siete de la tarde del domingo luego de mi fiesta y no había tenido noticias de los chicos desde que nos despedimos en la salida del salón.
Elizabeth: ¿Voy?
Esperé unos minutos más, pero corrí la misma suerte.
Salí de mi cuarto y entré al de mis padres luego de tocar.
Me recibió la ventana abierta, mostrando el cielo nublado, a punto de llover. Algunos truenos se oían a lo lejos.
—¿Saben algo de los Giordano? —les pregunté cuando pausaron la película.
—El último mensaje que recibí fue a las seis de Keyla diciéndome que disfrutaron todo y estuvo genial —dijo mamá y papá asintió.
—No me contestan y siempre contestan rápido —murmuré.
—A lo mejor siguen dormidos —sugirió papá y negué, teniendo un mal presentimiento en mi nuca.
—Se conectaron todos a partir de las tres de la tarde —respondí.
Me miraron presionando los labios.
—Ve a verlos. Por si las dudas. Pero toca la puerta y pregunta si no estás en mal momento —instruyó papá y asentí.
—Les aviso cuando sepa —aseguré y salí de su cuarto.
Bajé las escaleras y salí de la casa con solo mi móvil.
Toqué la puerta de la familia y esperé unos minutos.
Fruncí el ceño cuando se extendió y finalmente se abrió. Por el umbral, apareció Keyla con ojeras y los ojos hinchados.
—¿Está todo bien? —pregunté sin saludar al ver su aspecto.
Seguía con el pijama y tenía un moño mal hecho en la cabeza. Era todo lo contrario al orden que siempre mantenía.
Me miró con una mirada hundida y pesada.
—Pasa —indicó en su lugar.
Le dediqué una mirada confundida. Cuando pasé, noté que las luces estaban apagadas y la única luz que había era la que entraba por la ventana.
—¿Seguían durmiendo? —Negó con la cabeza pasando el pasillo.
—Al mediodía nos despertamos —se limitó a responder esquivando mi mirada.
Me paré frente a ella dejando mi mano en su hombro.
—¿Estás bien? —le pregunté lentamente y presencié como sus ojos se aguaban.
La atraje a un abrazo, que ella aceptó, pero no la oí llorar.
—¿Qué pasó? —inquirí luego de unos minutos.
Se separó y se pasó las manos por debajo de los ojos.
—No queremos arruinar tu fin de semana luego de tu fiesta, Beth —murmuró y la miré seria.
—Prefiero que me lo digan ahora y arruinen mi fin de semana a que se guarden hasta la semana —contesté mirándola.
Ella tomó una respiración profunda y me miró a los ojos.
—Los chicos te explicarán —comentó dirigiéndose a las escaleras.
—¿Están despiertos? No me respondieron ningún mensaje —le dije.
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Inefable
RomanceElla era un desastre. Ellos eran cinco hermanos con una familia caótica. Ella era libros, ejercicio y estudios. Ellos eran calculadores, indiferentes y hermosos. Si se juntan los dos, ¿Qué surgiría? Muchas cosas, pero primero: El amor.