Capitulo LVI

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*Hay una sorpresita en el capítulo 💗*

—Iugh, no. Estoy toda sudada, Lau —me quejé cuando me abrazó.

—Ya te lo dijimos. Tú puedes estar llena de barro y te comemos a besos igual —me dijo besando mi cara.

Bajamos las escaleras y me despedí de Ana. Caminamos a las canchas y bostecé en el medio del camino.

—¿Dormiste bien? —preguntó.

—Sí. Solo que fue mucha acción en un día y no dormí la siesta. Lucas me hizo pensar en todos mis ancestros para calmar mis pensamientos totalmente impuros hacia él y ustedes. Lavé a mano probablemente más de toda la ropa que tienen ustedes cinco juntos, igual soy un poco exagerada. Tuve que hacer mi paciencia de oro para no arrancarme las bragas. Hice cosas con Lis que ayer no pensaba hacerlas hoy y tuve que pensar nuevamente en mis ancestros. Y luego, como si el día no fue largo, le hice una confesión a Luis que luego fue gracioso ver cómo se intentaba acordar las palabras exactas cuando yo no recordaba nada porque estaba en una especie de sueño. Y también esa exploración en lo más profundo de mí para darme cuenta que mi niña interior no estaba en la caja donde la había encerrado, sino que estaba en la sala de control y que estoy enamorada de ustedes. —Tomé aire y me senté en el banco cuando llegamos a la cancha donde estaban jugando Leo y mamá.

—Eso te sirve de material para una novela —comentó pasando uno de sus brazos por mis hombros.

—Para toda una saga, en realidad. Pero en la saga habría espacio en cada acción. Todo eso fue en un solo día: Hoy —remarqué lo último y supe que no llegaría a la noche sin dormir por lo menos diez minutos.

—¿Quieres dormir mientras nosotros cenamos? —ofreció acariciando mi muslo.

—Mis padres me matan —contesté.

—Les inventamos que te duele la cabeza —ideó dejando un beso en mi frente.

—No es un invento, en serio me duele. Pero lo pasé de alto todo el día —admití.

Apoyé la cabeza en su hombro, pero sentí como se giró a verme.

—¿A qué hora te dormiste? —preguntó.

—A las doce y media —murmuré, sintiendo los parpados pesados.

—¿Eso es temprano para ti? —Asentí.

Me separé de su hombro y me acosté, apoyando mi cabeza en su regazo.

Acarició mi cabello.

—Luego hablamos de ello —avisó y asentí, dejándome llevar por el sueño.

Pov's Lau

Seguí dejando caricias en su pelo mientras veía a Leo jugar, pero pensando en lo que me acababa de decir Elizabeth.

Ella sabía que se tendría que haber dormido más temprano por su mueca cuando me respondió, pero seguramente se quedó haciendo algo que olvidó hacer y se distrajo.

No me sorprende por lo distraída que es. Pueden estar lloviendo pájaros y no se enterará.

Vi el final del partido de entrenamiento. Le pasaron la pelota a Leo y él hizo una bandeja, pero mientras anotaba, hizo una mueca que no se me pasó por alto.

Estiraron y vi llegar a la madre de Elizabeth antes que a mi hermano.

—Hola, Lau —saludó tomando agua.

Asentí con la cabella.

—Andrea —saludé.

—¿Tenía sueño? —preguntó señalando a Elizabeth.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora