Un chico joven reencarna como uno de los saiyajin con menos relevancia de la franquicia de Dragon Ball Z. Con una nueva oportunidad de vida, se abrirá camino tomando sus propias decisiones y buscando la libertad dentro de un mundo tan caótico, ¿qué...
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Mientras tanto, Raditz y su familia se habían encontrado un lugar en primera fila para observar el torneo. Según estimaciones, las semifinales comenzarían dentro de dos horas. En esos momentos, estaban por comenzar los combates eliminatorios, de los cuales solo ocho peleadores lograrían llegar a las semifinales y mostrar sus capacidades al público.
―Realmente espero que Kakarotto y Cerely lleguen juntos a las semifinales. ¡Será bueno verlos pelear! Se nota que están muy emocionados por este torneo ―Gine comentó, muy animada y ansiosa porque los semifinalistas fueran revelados.
―Sí, así es. Goku y Cerely no perderán fácilmente. Han recibido un buen entrenamiento, lo más seguro es que ganarán. ―Son Gohan estaba también atento. Él mismo había participado en el torneo hace muchos años, por supuesto que estaba emocionado porque sus nietos participaran―. Aunque, no debemos fiarnos. Ese chico llamado Krillin y la jovencita Launch también recibieron entrenamiento del Maestro Roshi, ellos también deben ser muy fuertes.
―Sí… ¿Uh? ―Gine de repente miró hacia el lugar donde debía estar Roshi, pero sorprendida, se dio cuenta de que el anciano tortuga ya no se encontraba allí con ellos―. Por cierto, ¿dónde se metió el Maestro Roshi? Estaba aquí hace un momento…
―Es cierto, parece que desapareció de repente ―dijo Puar, posado en el hombro de Raditz. También miró en los alrededores, por si llegaba a ver al maestro entre la multitud.
Raditz ya sabía que en este punto, Roshi debió haber desaparecido para disfrazarse de Jackie Chun, y poder participar en el torneo sin ser reconocido por sus discípulos, y así enseñarles que siempre existirá alguien más fuerte, ganando el torneo.
―Ah, dejen al anciano en paz ―Raditz habló, de forma tranquila mientras se recargaba con los codos en la barda que separaba la arena de combate de la zona de espectadores―. Seguro se fue a ver mujeres por ahí.
Son Gohan y Puar se creyeron esa explicación al instante, soltando un suspiro de decepción. A pesar de que sus discípulos iban a pelear en cualquier momento, Roshi decidió irse sin más, lo más seguro, es que a conseguir alguna cita con una chica joven y bonita…
―¿Ver mujeres en qué sentido…? ―Gine de repente se sintió nerviosa. Solo hasta ese momento se dio cuenta de que al Maestro Roshi parecían gustarle mujeres jóvenes.
―Si, bueno… puede que mi maestro tenga algunas actitudes cuestionables, pero… ―Gohan no alcanzó a terminar cuando fue interrumpido por Raditz.
―¿Algunas conductas cuestionables! ¡Qué va! ―Raditz se rio con ironía―. Roshi es un viejo enfermo que le gusta ligar y molestar mujeres mucho más jóvenes que él. ¡Incluso intentó tocarte el pecho, mamá! Solo que fuiste demasiado distraída para darte cuenta…
―¡¿Qué?! ―Gine se tambaleó hacia atrás mientras por instinto cubría su pecho con sus brazos, no pudiendo creer lo que escuchaba. Aunque bueno, ahora tenía más sentido el por qué su hijo terminó golpeando al anciano tortuga cuando este se acercó a ella para “saludar”―. No me lo imaginaba… ¡Así que a eso te referías con que iba a faltarme al respeto!
