CAPÍTULO 18: EL ANDROIDE NÚMERO 8.
El General White casi se cae de bruces al suelo. Ver como un simple niño de quizás apenas diez años acabar con uno de los robots más fuertes que estaban a disposición de la armada fue algo impactante en todos los sentidos.
Luchando con su propio temor, el general apretó los dientes y gruñó con ira. No, esto no se quedaría así. ¡No había madera de que se dejara humillar de tal forma! De inmediato, White contactó con el guardián del tercer piso, el Sargento Mayor Murasaki. Mejor conocido como, el Ninja Murasaki.
─¡Murasaki! ¡Mantente alerta, tendrás que detener al niño que se ha infiltrado en la torre! ─habló el general, sonando bastante serio a través del micrófono. Su mensaje se transmitió hasta proyectarse en una discreta bocina ubicada en el tercer piso de la Torre Músculo.
Allí, un hombre de cuerpo esbelto estaba sentado tranquilamente bajo la sombra de un manzano. Vestido con un conjunto de combate estilo ninja color púrpura y portando una coleta cómica como estilo de cabello.
El tercer piso de la Torre Músculo estaba conformado por un tipo de bioma boscoso con plantas, césped e incluso un lago frente a lo que era una cabaña bastante rústica.
─¿Un niño? ─Murasaki se puso de pie con una cara de incredulidad y una ligera burla. Se cruzó de brazos mientras elevaba la mirada─. Así que las noticias eran ciertas. ¡Vaya chiste!
Al instante después, Murasaki adoptó una posición firme. Miró a su alrededor con escrutinio para después saltar a un árbol y esconderse. Justo en ese momento, alguien nuevo llegó al tercer piso. Un niño con cola de mono y cabello alborotado.
Era Goku, había llegado al tercer piso subiendo por las escaleras. Fue algo asombroso para él notar que había un bosque dentro del lugar, no creyó que eso fuera posible, quizás solo en los zoológicos. «¿Quizás habrá leones o dinosaurios aquí para proteger este piso? ¡Serían buenos para comer!», pensó curiosamente.
Sus pensamientos fueron interrumpidos repentinamente cuando le arrojaron algo de forma sorpresiva. Con agilidad, Goku evadió el furtivo ataque de un salto, notando a su vez, que se trataban de tres filosos kunais. Estos se clavaron en el suelo tras fallar en herirlo, mientras el saiyajin aterrizaba sobre una roca.
─¡Ese fue un ataque cobarde! ─se quejó Goku, con el ceño fruncido mientras miraba a uno de los tantos árboles que estaban allí─. Ya vi dónde estás, no tiene caso que sigas escondido.
«¿Qué dijo? ¡Es imposible que sepa donde estoy, me escondí antes de que llegara!», pensó Murasaki, apenas preocupado por la declaración del más joven. Simplemente se convenció a si mismo de que el niño estaba usando un truco tonto de engaño para hacerlo dudar de sus propias capacidades como ninja. «Este niño cree que puede hacerme salir con un truco tan tonto… ¡Ja!»
Sin más, el ninja púrpura sonrió llevando una mano bajo su traje y sacando tres pequeños shurikens. Murasaki creía que el niño había podido evadir sus kunais por mera suerte, así que sería muy poco probable que lograra esquivar un nuevo ataque.
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Bueno, ahora soy Raditz
FanfictionUn chico joven reencarna como uno de los saiyajin con menos relevancia de la franquicia de Dragon Ball Z. Con una nueva oportunidad de vida, se abrirá camino tomando sus propias decisiones y buscando la libertad dentro de un mundo tan caótico, ¿qué...