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CAPÍTULO 4: ¡EL ENTRENAMIENTO COMIENZA!

A la mañana siguiente y después de disfrutar de una rica comida, Bardock junto a Raditz se dirigieron al claro que anteriormente éste último había elegido como lugar de entrenamiento. Fue en ese momento cuando Bardock pudo ver que Raditz había aprendido a volar a la perfección.

En los guerreros de clase baja, era muy raro que los niños antes del entrenamiento oficial, supieran volar, Bardock sintió orgullo al ser padre de un niño de esa rareza, ni él mismo logró hacer algo parecido, cuando era un infante.

Cuando llegaron al claro, Raditz se apresuró al centro, pidiendo a su padre que tomara su periscopio vigía para que así pudiera ver su actual nivel de poder. Bardock hizo caso, y se puso el aparato frente su ojo derecho . Los números comenzaron a indicar un nivel de poder.

─108 de nivel de batalla ─El de cicatriz tenía una expresión un tanto sorprendida. Para despejarse de dudas, volvió a escanear con el periscopio, obteniendo el mismo resultado─. Pero... al nacer tuviste solo 50 puntos, y ahora, ¿108 puntos?

─En el último análisis, el feo reptil dijo que tenía un poder de 98 puntos ─contó Raditz con normalidad, no teniendo idea de que aquello era muy destacable.

─¿Incrementaste tu poder mientras aún permanecías en la incubadora? ─Ahora Bardock parecía en verdad asombrado─. Eso no suele pasar en los niños de clase baja.

Raditz se alarmó al oír eso, ¿y si el suceso llegaba a oídos del Rey Vegeta?

«Quizás no le importe... Eso espero... » Raditz empezó a sentirse muy nervioso, tal vez ya estaba en la mira del rey saiyajin

─Sin duda eres un caso especial, Raditz ─Se acercó y puso una mano en el hombro del nervioso saiyajin, mirándolo sonriente─. Estoy orgulloso de ti, tengo buenas expectativas. Tu madre dijo que si te esforzabas, podrías alcanzar un nivel de poder cercano a la clase media y ahora, creo que puedes lograrlo.

A pesar de sus preocupaciones, Raditz no pudo evitar sonreír ante ese reconocimiento por parte de Bardock.

─Ahora entrenemos. ─Palmeó al joven y después se alejo unos metros, poniendo sus manos en su cintura─. Primero planeaba enseñarte a manejar correctamente tu poder y así aprendieras a volar pero, eso ya lo tienes cubierto ─reconoció, y Raditz cada vez se sentía más afortunado por sus logros─. Pero, eso indica que debo tomarme tu entrenamiento más en serio. Muéstrame qué puedes hacer, atácame con todo lo que tengas.

Raditz ya esperaba esa orden. Asintiendo, se acomodó en una pose de lucha muy similar a la de Son Goku en la obra original, haciendo una zancada al frente y extendiendo levemente los brazos.

«Una pose de lucha curiosa... Raditz, ¿cómo se te ocurrió?». Bardock tenía dudas personales.

─¡Ahí voy, papá! ─avisó para empezar a arremeter contra su progenitor en busca de demostrar sus habilidades en batalla.

A un metro de distancia, Raditz dio un salto con la intención de cargar un sólido golpe en la cara del otro saiyajin. Como era de esperarse no lo logró y en cambio recibió un golpe en el estómago que lo mandó a volar.

─No ataques si vas a dejar tus defensas bajas, y si lo haces, ¡debes ser más rápido! ─aconsejó con seriedad el experimentado guerrero.

El dolor fue intenso pero sabía que su padre estaba siendo amable, después de todo aún era un mocoso de dos años. Con eso en mente, Raditz no tardó mucho en reincorporarse, grabando los primeros consejos de su padre.

Volvió a embestir enérgicamente, esta vez intentó dar múltiples golpes pero todos fueron esquivados, en cambio, su padre reapareció con asombrosa rapidez tras él y lo golpeo justo en la espalda. Raditz fue de vuelta lanzado varios metros hacia adelante antes de poder detenerse, manteniéndose en el aire.

Bueno, ahora soy Raditz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora