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CAPÍTULO 16: EL EJÉRCITO DE LA CINTA ROJA

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CAPÍTULO 16: EL EJÉRCITO DE LA CINTA ROJA.

Tras la aventura en la Montaña Frypan, nuestros viajeros habían recorrido bastante camino. Dos días completos pasaron para que finalmente llegaran a su próximo destino: la región del norte, cerca de las montañas nevadas.

Goku se encontraba viendo por la ventana del copiloto. La nieve caía por montones. El cielo estaba muy nublado, así que casi parecía tarde, a pesar de que según el reloj, era de mañana. Bulma estaba sentada en la sala del camper, revisando el radar constantemente.

─¿Entonces dices que ya estamos cerca de la próxima esfera? ─preguntó Oolong de repente. Una vez más, se encontraba al volante. En el fondo, el cambia formas se preguntaba si ahora había sido tomado como el chofer oficial de la loca aventura.

─¡Así es! No deberíamos tardar ni una hora para llegar hasta la quinta esfera. Tenemos que seguir avanzando ─informó Bulma, luciendo más confiada. Cada vez estaban más cerca de reunirlas todas. Sin dudas fue una buena decisión traer al pequeño Goku consigo, le facilitaba tantas cosas, incluso ya no le temía a nada, confiaba en el pequeño niño para ocuparse de todos los peligros.

─Oye Bulma ─llamó Goku, saltando del asiento al suelo, caminando hasta su amiga de cabello azul─. Tengo hambre.

─¡¿Otra vez?! ─gritó la chica, entre enojada y preocupada. Ya no les quedaban suministros, aunque compraron muchas cosas en el último pueblo al que habían pasado, Goku seguía comiendo demasiado, no fue suficiente. Ahora estaban en la región del norte, dónde los pueblos eran más escasos y la comida era casi un lujo─. Goku, lo siento. Ya no nos queda mucho, pero puedes terminarte lo último que tenemos, aunque dudo mucho que te llenes…

─Oh… ─Goku bajo la mirada con desánimo. En verdad se encontraba muy hambriento. En circunstancias normales, no estaría aferrado a la comida que Bulma compraba, pero ya que estaban en el continente del frío, no podría cazar nada bueno tan fácilmente.

En primer lugar, Goku no estaba acostumbrado a vivir en un ambiente tan extremadamente frío. Mucho menos si estaba hambriento. Por alguna razón, el hambre debilitaba su fuerza y resistencia. En segundo lugar, no parecía haber presas en ninguna parte. Rastrearlas sería demasiado difícil y algo le decía a Goku que se congelaría de frío antes de poder encontrar una. Había intentado salir afuera antes, no resultó muy bien luego de varios minutos. ¡Estaba nevando demasiado y hacía mucho frío!

─No nos queda otra opción ─dijo Oolong, viendo con lástima a su hambriento compañero─. Tendremos que desviarnos para buscar algún pueblo y abastecernos.

─Supongo que tienes razón… ─Bulma aceptó, la verdad, nunca había visto a su pequeño amigo tan hambriento, y no era para menos, no se había alimentado en casi un día completo.

En un inicio Bulma no se preocupó demasiado por eso, pero si lo pensaba mejor, estaba siendo muy desconsiderada al no mantener bien cuidado a su guardaespaldas estrella. Aunque no podrían culparla del todo. ¡El niño comía tanto!

Bueno, ahora soy Raditz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora