T2: 24

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CAPÍTULO 24: LA CAÍDA DE LA CINTA ROJA.
Segunda Parte.

─General Red, las esferas han comenzado a moverse hacia nosotros ─notificó uno de los tenientes en medio de una reunión con el jefe supremo de la armada, el General Red junto a su subordinado más allegado, el General Black

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─General Red, las esferas han comenzado a moverse hacia nosotros ─notificó uno de los tenientes en medio de una reunión con el jefe supremo de la armada, el General Red junto a su subordinado más allegado, el General Black.

─¡Ah! Seguro son el General Blue y el Coronel Silver ─Red imaginaba que ambos hombres habían completado su misión correctamente y ahora le traían las esferas.

─Que extraño. Ninguno de ellos se ha comunicado con nosotros para decirnos que lo ha conseguido ─comentó el General Black, no muy confiado de los hechos que parecían favorables. Todo era muy sospechoso para él. Lamentablemente, solo consiguió provocar la irritación de su líder.

─¿Y eso qué? Lo importante es que las esferas vienen hacia aquí. Estemos preparados para obtenerlas. ¡No importa quién las traiga! ─ordenó Red. Todos asintieron con obediencia. Para mala fortuna de ellos, su radar no era muy preciso, y no notaron de inmediato que una esfera del dragón estaba justo sobre ellos hasta que fue tarde.

─¡General Red! ─exclamó uno de los soldados que monitoreaban el radar principal, notando que en la última actualización, la ubicación de la única esfera que se movía solitaria ya había arribado en el área─. ¡Una esfera ya está aquí!

─¿Qué? ¿Ahora mismo? ─Red se sorprendió ante la afirmación de sus subordinados. Rápidamente, ordenó un operativo de búsqueda en toda la base, pero...

"Ka me..."

"Ha me..."

"HAAAAAA"

"¡BOM!"

Una enorme explosión tuvo lugar en los cielos de la base principal. Uno de los aviones que vigilaba fue atacado de repente. El piloto no tuvo tiempo de alertar a sus superiores cuando fue consumido por las llamas y de él junto a su avión solo quedaron escombros.

Una alarma de ataque se activó en toda la base, obligando a los soldados a ponerse alerta y vigilar la situación de riesgo.

─¡Vehículo 84, responda! ─Uno de los operadores trató de contactarse con el soldado, pero no obtuvo respuesta. El pánico comenzó a asomarse en la sala─. No puede ser... ¿Qué rayos está pasando? ─De inmediato, ordenó a uno de sus compañeros poner en pantalla lo que la cámara de los drones cercanos al área del vehículo 84 captaban.

En la pantalla, estaba la imagen de aquel niño con cola de mono, esta vez montado en una nube voladora y blandiendo el báculo sagrado Nyoi-bo.

─¡Es el niño demonio! ─exclamó el teniente de antes, muy horrorizado. El resto de los presentes no estaba mejor. Sobre todo el General Red, quien casi le de Un ataque al corazón. ¿Cómo era posible que siguiera con vida a pesar de que envió al General Blue a exterminarlo personalmente?

Bueno, ahora soy Raditz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora