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NA: Un minuto. Antes de que comiences a leer, debo decirte esto: este capítulo es algo cursi, admito que se me fue de las manos la dosis de sentimentalismo. Pero ya escribí esto, así que... *Suspiro*.

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CAPITULO 20: ESPERANZA Y MISERIA.

Cuando Raditz recuperó la conciencia, se encontró en una cápsula de recuperación. Sus energías habían regresado pero estaba muy hambriento y confundido, su último recuerdo era que estaba persiguiendo a una guerrera saiyajin para ganarse una fruta, y de hecho, ella seguía presente, a lado de su cápsula.

─Miren, el niño de clase baja ya está despierto ─comentó sonriendo astuta, una vez Raditz salió de la cápsula─. Déjame decirte que tienes un cabello muy salvaje, pareces un niño bestia; me agrada.

─¿Es genial verdad? Es más fácil de procurar desde que me lo corté, ¡era aún más grande y erizado antes! ─dijo mientras exprimía su cabellera del líquido verde curativo, tener su cabellera húmeda era molesto.

─Oye, toma. ─Letil le lanzó la fruta amarilla de antes, y Raditz la atrapó, un tanto confundido─. Sé que dije que solo te la daría si me alcanzabas pero, superaste tu entrenamiento sobre la debilidad en la cola en solo cinco días, es una proeza. Toma esta fruta como reconocimiento.

─¡Gracias! ─exclamó animado Raditz, su boca ansiosa devoró en poco tiempo la fruta; luego de haberla comido toda, su hambre voraz se extinguió de su cuerpo, quedando plenamente satisfecho, cosa que le sorprendió bastante─. Esa fruta sabía bien pero, solo con esa ha bastado para llenarme, me pregunto por qué… yo suelo comer tanto, sobretodo si estoy hambriento. ─Letil rio orgullosa al oír aquello, y comenzó a explicar.

─No es una simple fruta, se llama calobe, y es difícil de obtener ya que solo se encuentra en el planeta Salmora. Es capaz de saciar el hambre de cualquiera por el resto del día. ─Movió su capa hacía atrás con autoridad─. Bueno, me presentaré ahora. Mi nombre es Letil, soy una general superior en el palacio.

─General, le agradezco su ayuda, sin su intervención hubiese fallado injustamente en el entrenamiento.

─No sé por qué me agradeces tanto, no lo hice por ayudarte, solo quiero molestar al tarado de Nappa. ─Aclarando eso, la general se fue, dejando a Raditz en la enfermería.

─Hombre, que señorita tan rara ─Raditz se encogió de hombros y salió del área médica. Afuera se encontró con Turles, quien al parecer también había salido de una sesión en una cápsula de curación también.

Quiso acercarse, pero en cambio, espero un momento debido a que Letil se había detenido a hablar con él en el pasillo. Raditz no escuchó de qué hablaban pero, Turles parecía cada vez más sorprendido e intrigado por lo que la general le estaba diciendo. Cuando terminaron de conversar, Letil pareció despedirse y se fue, dejando a un muy feliz Turles meneando la cola gozoso.

Cuando por fin se acercó, Raditz no se resistió a preguntar.

─¡Hey! ¿Qué hablaste con Letil que te puso tan alegre?

Turles miró a su amigo, manteniendo una brillante sonrisa arrogante en su cara.

─¡Ella dijo que me veía como alguien con buen potencial! Alguien perseverante, aunque ni siquiera sé que significa esa palabra, supongo que me quedaré con que una general de alto rango me dijo que tengo buen potencial, ¡Wujúuu! ─el joven saiyajin moreno festejó, con energías renovadas.

─¿Sabes? Es raro porque el único que completó el entrenamiento fui yo, ¿no? Que diga de la nada que eres alguien con potencial es raro, creo…

─¡Idiota, tú solo estás celoso! ─gruñó Turles, volviendo a su habitual humor de siempre─. No te creas el centro del universo por ganarme en el entrenamiento, porque yo te superaré, ¡lo juro! ─exclamó, sacándole la lengua de forma grosera y corriendo afuera, para regresar a la plataforma de entrenamiento.

Bueno, ahora soy Raditz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora