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CAPÍTULO 6: EL REY COLD TIENE UN ANUNCIO.

Bardock emprendió vuelo y Raditz lo siguió de cerca algo intrigado por los anexos a aprender. El destino era una montaña lejana y enorme, parecía casi una selva.

«Creí que el planeta Vegeta solo tenía poca naturaleza ¡Pero veo que en verdad hay mucha selva! Similar a la Tierra», comparó Raditz internamente.

Entonces Bardock se detuvo en el aire, viendo hacia abajo y fijándose en una dirección.

─Aquí estará bien. La lección será sobre cazar una buena presa. ─avisó. Bardock entonces tomó su periscopio y comenzó a analizar las presencias cerca del lugar viendo hacia abajo.

En el periscopio se mostraron individuos de entre 20 a 170 puntos de batalla. En el planeta Vegeta había especies peligrosas de hasta 210 puntos, pero comúnmente vivían alejados, ya que si bien eran peligrosas para pequeños saiyajins de clase baja, no lo eran para los adultos ni adolescentes, así que podían ser asesinados sin esfuerzo. Por tal razón la mayoría de vida animal buscaba estar lejos de los saiyajins.

─Hay una presa de solo 60 puntos de batalla en esa dirección, a 70 metros. ─Bardock miró a su derecha─. Será perfecta para que la atrapes. Deberás ir en contra del viento para no ser detectado, fuera de eso, no deberías tener problemas siempre y cuando golpees con todas tus fuerzas.

─¡Sí! ─Raditz estaba preparado, así que salió volando en esa dirección.

Bardock decidió esperarlo, descendiendo al suelo y sentándose en un tronco caído.

Cuando Raditz llegó más cerca de su presa, fue silencioso y se acercó en favor del viento. Cuando la tuvo en su campo de visión, notó que era una bestia grande, de al menos 4 metros de alto, parecía un oso a excepción de que éste tenía cuernos y una cola de león. Su pelaje era castaño moteado con negro. ¡Se veía aterrador!

Raditz sintió como su instinto de cacería entraba en juego, así que cauteloso se acercó al animal y cuando estuvo lo bastante cerca, se abalanzó como un gato, empuñando su mano y dando un fuerte golpe en la cara a la bestia.

El animal rugió adolorido, fue empujado por el golpe, quedando aturdido. Raditz se alejó un poco, quería contemplar más de cerca a aquel extraño animal. «Que grande y aterrador, no cabe duda, el planeta Vegeta no es apto para los débiles».

Cuando la bestia se recompuso, identificó a su atacante, y rabiosa, se abalanzó contra Raditz mostrando sus colmillos junto con sus grandes cuernos blancos. El pequeño saiyajin solo se elevó un poco en el cielo, evitando el ataque e iniciando una persecución al estilo del gato y el ratón. La bestia atacaba furiosa y Raditz sin esfuerzo esquivaba cada uno de sus ataques.

─¡Eres divertido! ─exclamó Raditz burlón, era lo más parecido a jugar con un perro en ese momento, lastima que debía matarlo para concluir su primera cacería─. Muy bien ¡Aquí voy!

Raditz se preparó y se aproximó al enorme animal salvaje cual bala de cañón, con mucha fuerza e intenciones de matar, le dio una patada en la cabeza al enorme oso con astas, haciendo que sus pupilas desaparecieran y cayera al suelo inerte. Lo había matado.

─Apenas tengo dos años y he matado a una bestia así, ¡los saiyajins son una raza increíble!, y ahora soy uno también… Esto empieza a gustarme. ─La emoción de Raditz era mucha, estaba haciendo cosas que en su vida original ni siquiera eran posibles─. Ahora me lo llevo, aunque está muy grande, no se si podré… Voy a probar.

El cuerpo del inmenso animal parecía imposible de mover pero, cuando Raditz lo tomó por la cola y lo alzó, se dio cuenta que podía moverlo. Lo llevó hasta dónde estaba Bardock, quien al ver a la enorme criatura que su hijo traía, solo pudo sentirse satisfecho, Raditz ya podía cazar bastante bien.

Bueno, ahora soy Raditz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora