018

3.7K 495 89
                                    

CAPÍTULO 18: PESAS Y COLAS.

─¡Hey, hola! Ya se me hacía raro no verte por aquí. ─Raditz regresó el saludo alegremente, por lo menos ahora tendría a un buen compañero cerca, y aunque se trataba solo de Turles, presentía que con él en el palacio, las cosas serían más llevaderas.

─¡Estaba en el estúpido recorrido! Me sorprendió lo grande que es el palacio, pero eso no quitó que fuera aburrido. ─Turles se quejó.

─No digas eso, imagínate que de repente quieres ir al baño, necesitarías ubicar el baño más cercano en todo el palacio.

─Simplemente haría del baño en el jardín real, no hay problema ─Turles declaró malévolo.

─¡Oye, eso es asqueroso! ─Raditz exclamó, fingiendo desagrado. En realidad estaba conteniendo la risa al imaginar la cara del Rey al ver su jardín arruinado por Turles.

Después de eso, los dos caminaron un poco y Raditz, con el rastreador que el sirviente le había cedido (bueno, en realidad Raditz se lo arrebató), comenzó a estudiar los niveles de poder en el lugar. 2000, 2300, 3000, 3250, 3300… y así sucesivamente, hasta la presencia más fuerte, que era de 3500.

Raditz sabía que con su poder real, podría superar a la mayoría en una batalla, pero como estaba limitado por el inhibidor debido a su propia seguridad, sabía que luchar contra ellos con su poder reducido, sería un chiste.

«Ah rayos, quisiera pelear con alguno pero no puedo. Es una lastima, cuando el planeta Vegeta sea destruido no tendré oportunidad de enfrentarme a gente así de fuerte por un tiempo». Suspiró desilusionado.

─Bueno, todos aquí son fuertes. Pero apuesto a que puedo patear el trasero de al menos la mitad de los tontos aquí. ─Esta vez, Turles fue quien habló, bastante engreído y provocando que Raditz rodara los ojos─. Lastima que tenemos que ocultar nuestro poder. ¡Que aburrido!

─Oye, tú. ─Una voz gruñona lo llamó desde atrás. Los dos niños se giraron para ver a un alto Nappa con…, ¿con cabello? Oh vaya, eso si es algo… Raditz dio unos torpes pasos hacía atrás─. Eres el hijo de Bardock, ¿no es así? ─La pregunta era lanzada con burla al referido.

─Sí, mi nombre es Raditz. ─El joven saiyajin se recompuso y se paró firme frente al corpulento hombre, quien tenía pinta de déspota.

Según el rastreador contaba con un poder de 3700. «Es Nappa, genial, tiene cabello… imaginó que no será por mucho tiempo. Es gracioso, no sabía que los saiyajins podían sufrir de calvicie». Raditz buscó aparentar indiferencia, si se reía se metería en problemas y actualmente, Nappa era más fuerte.

Entonces, Nappa cambió su atención a Turles, igual de chocante que con Raditz al principio, pero después la cara del corpulento saiyajin se contorsiono en una de confusión.

─Y supongo que tú eres el mocoso de… ¿Bardock también? ─cuestionó Nappa, bastante divertido al ver el parecido entre Turles y el papá de Raditz. Ante esa suposición, Turles frunció el ceño.

─Por supuesto que no. Aunque nunca conocí a mi padre… ¡Mi mamá se llama Gersa! ─corrigió de inmediato el menor.

─Me importa un carajo, niño. ─Nappa bufó hastiado y volvió a dirigirse a los dos hoscamente─. Mi nombre es Nappa y voy a entrenarlos. De una vez lo diré: no tendré compasión, a mí no me importa si son unos niños débiles de clase baja.

─Hemos superado el nivel promedio del niño saiyajin de clase baja, ahora somos de clase media ─defendió Raditz, sin importarle las miradas despreciables de Nappa y algunos saiyajins que se agruparon alrededor atraídos por la plática.

Bueno, ahora soy Raditz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora