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CAPÍTULO 14: LA PURGA NÚMERO 76.

CAPÍTULO 14: LA PURGA NÚMERO 76

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El plan de ataque era simple. Dirigir un legión de otros prisioneros para atacar al bajo número de guerreros que protegía el famoso refugio de la prisión, fundado por Toora. Se rumoreaba que en ese lugar, habían almacenes llenos de comida exquisita y armas muy útiles. Esto infló la codicia de muchos prisioneros.

Sin embargo, con lo que el líder de la pandilla de prisioneros no contó, fue la verdadera fuerza tras los principales protectores del refugio, además de la adición de un nuevo peleador a dicho grupo…

―¡Toma esto, bastardo! ―exclamó Sodoku, el líder de la pandilla autoproclamada “Fuerzas Sodoku”, dando un puñetazo a la cara de un guerrero perteneciente a un guardia vigía del refugio, quien en consecuencia fue empujado al suelo por la fuerza del ataque, quedando inconsciente.

Las Fuerzas Sodoku eran un nuevo grupo de prisioneros problemáticos que se habían aliado para asaltar distintos territorios en la enorme prisión, y ahora tenían en la mira el refugio. El líder, Sodoku, era un prisionero de apariencia intimidante, con piel rugosa de color gris, de cabello rojo carmesí, además de un cuerpo robusto y una cola larga con una punta solida y afilada.

Sodoku había escuchado sobre los rumores acerca del refugio, donde seguramente debería haber muchos suministros útiles para escalar en la caótica pirámide de poder dentro de la prisión de Novak.

Así que él y su grupo atacaron el refugio cerca del anochecer. Habían conseguido emboscar a la primera guardia del refugio, conformada por cuatro hombres que actuaban como vigías. De esta manera, lograron avanzar, quedando tan solo a unos pocos kilómetros del refugio, donde ya los esperaba el grupo de defensa principal.

Claramente, la pandilla Sodoku tenían una abismal ventaja numérica que alcanzaba los 430 individuos, comparado al número del grupo de defensa que estaba unificado por solo 62 guerreros.

Cuando el enfrentamiento comenzó todo parecía perdido para los guerreros del grupo de defensa, de los cuales seguían en pie 53 luego de los primeros minutos de batalla.

―¡Mierda, a este paso estos malditos llegaran al refugio en cuestión de minutos! ―gritó uno de los guardianes tras encargarse de un prisionero invasor aplicando una llave al cuello para posteriormente romperlo y dejar el cuerpo tirado en la arena, mirando a uno de sus compañeros que estaba atrás, no pudo evitar expresar su temor―. ¡Nunca antes habíamos tenido un asalto de esta magnitud! ¡Necesitamos al comandante Mush y más refuerzos!

―¡Ya hemos enviado a un mensajero para dar aviso de que aquí hay problemas! ¡Hasta que llegue debemos aguantar! ―informó de regreso el otro guerrero de la guardia, pero pronto se percató que mientras hablaban un par de prisioneros enemigos pudieron acercarse por detrás de su amigo, apunto de atacar furtivamente.

Por fortuna, pudo reaccionar rápido y empujar lejos a uno de un solo golpe mientras que al otro le hirió en la cara con su espada. Su compañero le agradeció la ayuda, y ambos continuaron peleando al lado del resto de guerreros, buscando aguantar la oleada de enemigos que no daban tregua.

Bueno, ahora soy Raditz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora