Un chico joven reencarna como uno de los saiyajin con menos relevancia de la franquicia de Dragon Ball Z. Con una nueva oportunidad de vida, se abrirá camino tomando sus propias decisiones y buscando la libertad dentro de un mundo tan caótico, ¿qué...
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Los combates entre los luchadores del grupo cuatro no se detuvieron, siendo Tenshinhan quien prácticamente había arrasado, derrotando a todos sus oponentes con suma facilidad.
El artista marcial de la escuela grulla no fue piadoso con ninguno, dejándolos con serias fracturas.
Goku se mantuvo muy atento reuniendo todo el conocimiento del estilo de lucha del triclope, y entre más lo observaba, más se daba cuenta de que no era un peleador cualquiera. Podría decir que tenía mucha experiencia y poder, que sumado a su estilo de lucha tan agresivo, lo postulaban para ser un rival de verdad poderoso.
Tenshinhan ganó un puesto en las semifinales luego de ganar su tercer combate, y fue anunciado por el árbitro con mucha impresión. El guerrero de tres ojos sonrió con presunción mientras bajaba de la plataforma donde había dejado a su último oponente inconsciente y con unas cuantas costillas rotas.
―Maldición, al parecer tendremos que lidiar con ese tipo en las semifinales también ―comentó Yamcha, muy frustrado por la forma de ser tan sádica de Tenshinhan. Goku y Krillin asintieron a sus palabras.
―Espero no pelear contra él, se nota que es un lunático. ―Krillin no tenía el más mínimo interés en enfrentar a alguien tan despiadado capaz de dejar a sus oponentes prácticamente inválidos.
―¿Eso crees? La verdad es que a mi me tiene muy intrigado. Se ve que es fuerte, me gustaría pelear contra él ―confesó Goku. Una vez más su instinto saiyajin se anteponía a cualquier preocupación seria respecto al luchador de tres ojos. Yamcha y Krillin no parecían sorprendidos por esa respuesta. Por supuesto que alguien como Goku no se vería amedrentado tan fácilmente.
Justo en ese momento, el árbitro volvió a hablar mediante su micrófono, listo para anunciar la siguiente pelea.
―Muy bien, seguiremos con los siguientes peleadores ―dijo, aclarándose la garganta antes de retomar el anuncio―. ¡Participantes número 120 y 121, favor de subir a la plataforma!
―¡Ah, es mi turno, es mi turno! ―exclamó Cerely, llena de emoción mientras corría a la plataforma. Subió de un solo salto, meneando la cola de un lado a otro como un cachorro feliz. Después de esperar tanto podría tener la oportunidad de luchar por fin.
Su oponente no tardó en subir a la plataforma también. Se trataba de un enorme hombre oso, de pelaje blanco como la nieve y un aspecto muy imponente. Vestía un atuendo militar mientras tenía un cigarrillo en la boca al cual le brotaba un hilo de humo oscuro y sucio. Además, tenía una cicatriz en la frente en forma de equis. Su nombre era Hunter.
―Entonces así es como es… ¿Me debo enfrentar a ti, niña? ―El hombre oso le dio a la niña una mirada despreciable como si fuese una simple broma. Él era un soldado experimentado y fuerte, por supuesto que le ofendía que lo pusieran a luchar con una niña tan pequeña.
