Bueno, ahora soy Raditz

T2: 07

🧧> [ Pregunta de hoy: ¿Cuál es tu fusión favorita?
Como siempre, los leo. ]

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CAPÍTULO 7: ¿MÁS SAIYAJINS?

Luego de dos meses, el Monte Paoz se mantenía igual de paradisíaco que siempre, con una gran diversidad de árboles, animales, ríos y muchas más maravillas de la naturaleza. La paz nunca fue mejor.

Raditz se encontraba descansando, sentando a la sombra de un árbol cerca de casa. Acaba de terminar de ayudar a su madre a tender la ropa y sabanas luego de que ella las lavara. Últimamente había entrenado menos y se permitió relajarse un poco. No había por qué agobiarse en ese momento, los grandes peligros estaban lejos de llegar, y tenía confianza en que estaría preparado para cualquier cosa.

No obstante, la idea de conseguir un maestro adecuado para que le enseñara a controlar y sentir el ki no había abandonado su cabeza. La persona más indicada para ser su maestro era el Dios de la Tierra, Kami-sama. ¡Él era quien poseía mayor conocimiento al respecto! Incluso podría mejorar su desempeño en las artes marciales, ya que hasta el momento, Raditz había aprendido un poco del abuelo Son Gohan, pero solo lo básico. Necesitaba algo más avanzado.

─Hmm, si mis recuerdos son correctos, Vegeta y Nappa estarían llegando a la Tierra dentro de casi quince años… Claro, si es que llegan alguna vez…

Raditz era perfectamente consciente de los cambios que había ocasionado con sus decisiones. Entre ellos, la posibilidad de que los saiyajins nunca pusieran un pie en la Tierra. Después de todo, el planeta estaba prácticamente olvidado, nadie estaba interesado en él ya que no ofrecía nada de valor para seres como Freezer, así que sus soldados nunca llegarían allí hasta quizás siglos después.

En la historia original, el verdadero Raditz fue quien provocó el estallido que fueron los saiyajins y Freezer, causando indirectamente la intervención de los Guerreros Z en Namek y la batalla por las esferas del dragón que terminó con la caída de Freezer ante el Súper Saiyajin, Son Goku.

Pero ahora que Raditz era él, y se encontraba viviendo pacíficamente en la Tierra a quizás miles de años luz de distancia de Nappa o Vegeta, ¿las cosas pasarían igual? Por supuesto que no. Ellos no tendrían razones para venir a amenazar la Tierra, así que era, relativamente, un problema menos.

Si, un problema menos, pero que cambiaría muchas cosas. ¿Qué pasaría con Freezer? ¿Simplemente seguiría en lo suyo devastando el universo con su ejército? Francamente, Raditz no sabía qué pensar al respecto. Por una parte, Freezer era alguien peligroso, mientras siguiera existiendo, no podría estar del todo tranquilo. Además, Bardock en algún momento podría decidir que tuvo suficiente de la paz y largarse para enfrentar al tirano de una vez por todas.

Y si Raditz esta vez no podía detenerlo, al menos trataría de apoyarlo. Quizás tendría que entrenar muy duro para derrotar a Freezer en algún momento, pero ahora mismo, era un chiste a comparación del titánico poder del emperador malvado.

─No importa si las cosas cambian. ─Raditz miró sus manos seriamente, entonces las cerró, cada una en un puño apretado. Su rostro expresaba una gran determinación─. Debo volverme más fuerte para estar preparado. Freezer sigue allá afuera, y muchos otros enemigos también… No debo confiarme tanto…

De repente, Raditz escuchó pasos acercándose, miró a la distancia, notando la llegada de su padre junto a Kakarotto y Jaco, quienes habían ido a recolectar frutas silvestres en el bosque. En realidad recolectar frutas era tarea diaria exclusiva de Kakarotto, pero el pequeño saiyajin había invitado a Jaco a acompañarlo. Jaco no lo vio como una mala idea y decidió aceptar.