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CAPÍTULO 16: DISCUSIONES Y UNA SOMBRÍA ADVERTENCIA.

Una vez los humos fueron disipados, Bardock comenzó a justificar sus acciones, tratando de mantener al tanto a su esposa e hijo.

─No podemos rechazar el ofrecimiento del Rey Vegeta ─dijo solemne mientras se cruzaba de brazos con semblante sombrío.

─¿Y por qué no? ─La confundida saiyajin siguió exigiendo respuestas. No lograba entender del todo las extrañas acciones de su cónyuge.

─¿Acaso no te das cuenta, Gine? Esto es una prueba, para Raditz, quieren mantenerlo cerca para vigilarlo y al más mínimo error… Entonces lo matarán.

─¡¿Ves?! ¡Estas aceptando que es peligroso!

─Lo es pero, es más peligroso rechazar la oferta, alimentaríamos las sospechas del Rey. Debemos actuar con normalidad, aceptando su “honor”. ─Ante lo dicho, Gine recapacitó, lo que su pareja decía era lógico, para su desgracia. Raditz cayó en cuenta de lo mismo también, y bufó cabreado─. Estamos en una situación difícil ahora. Además, Raditz es un niño listo, mientras no se quite el arete inhibidor, estará a salvo.

«¿Y que hay de Vegeta? ¡Ese loco va a matarme apenas lo moleste en lo más mínimo!» Raditz estaba aterrado en su corazón, recordar al Vegeta despiadado de la obra original le daban escalofríos. Vegeta era más fuerte y en una pelea real, ganaría, además de que Nappa lo respaldaría y en ese momento, Raditz era el más débil. Además el planeta estaba apunto de ser destruido, ¿podría escapar a tiempo?

─Raditz ─llamó Bardock, deteniendo los desastrosos pensamientos de su hijo, pues había notado la angustia en sus ojos. Raditz lo observó serio, topándose con los ojos obsidiana de su padre, los cuales inspiraban seguridad─. No lo pienses demasiado, vas a estar bien, te lo aseguro.

El infante solo suspiró sin saber qué decir o como reaccionar. «Esperemos, Bardock, esperemos…», pensó el de cabellos salvajes, mientras se adentraba a la casa, seguido de su madre.

─¡Voy a preparar comida deliciosa! Para calmar los ánimos… ─notificó Gine más serena, invitando a Bardock a la casa. Entonces ella comenzó a cocinar una rica sopa de carne y verduras en una enorme olla, y sirvió muchos platos a su esposo e hijo, entonces ella también se sirvió y la cena había comenzado.

Con el pasar del rato, Gine sacó el tema de Kakarotto, provocando la total atención de Raditz y la evidente incomodidad de Bardock.

─Hoy fui con Raditz a visitar a su hermano menor, ¿cierto Raditz?

─¡Sí! ─le respondió a Gine, con una sonrisa y dejando su hambre a un lado por un momento─. Es muy parecido a ti, papá. ─Raditz habló con inocencia.

─¿Y su nivel de poder?, ¿ha habido avances? ─Las dudas de Bardock eran claras, incluso lucía enojado, algo que rápidamente atrajo la consternación de Gine y la preocupación de Raditz, parece ser que su padre tomaba en cuenta el poder ante cualquier cosa, algo típico de un saiyajin.

─Bardock, ya hablamos de esto. Kakarotto es de lento desarrollo, por ahora solo tiene dos niveles de poder pero…

─¡Tsk! Dos niveles… ─Bardock se burló, disgustado─. Es demasiado débil.

─Lo es ahora pero estoy segura de que se volverá muy fuerte. ─Gine era firme en esa idea, dando una cara molesta a su pareja, no debía despreciar a su hijo de esa manera frente a ella.

─Kakarotto tendrá suerte si sobrevive a ser un niño de infiltración en un planeta olvidado ─escupió con desdén, desviando la mirada a un lado con una expresión irritada.

Bueno, ahora soy Raditz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora