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CAPÍTULO 15: PROBLEMAS REALES.

─En nuestra raza, hay un Rey, es llamado Rey Vegeta. ─Bardock comenzó a explicar paciente a Raditz, quien lo observaba atento─. Él tiene mucho poder sobre nosotros los saiyajins ya que es el más poderoso. También es un tipo con un orgullo enfermizo y una actitud tan altiva que a más de uno le deja mal sabor de boca… Lo único que debes entender es que es peligroso. Si él cree que eres un peligro para su puesto o el de su hijo, no dudará en sacarte del camino.

─Pero yo ni siquiera quiero ser Rey… ─declaró mientras jugueteaba con el arete triangular en su oreja, luciendo despreocupado.

─No le importa eso. ─Bardock hizo sus manos un puño y rasgó la hierva con rabia, apretando los dientes─. Tu poder actual rivaliza con el del príncipe, quien tiene 4000, sin duda el Rey Vegeta ya debe estar pensando en como aniquilarte. Lo hizo con el hijo de Paragus, y el mismo Paragus.

─¿El Rey Vegeta quiere matarme?

─Muy seguramente, sobre todo porque naciste como un soldado de clase baja. ─Sonrió burlón─. Si se entera de que rivalizas con su hijo, sin duda le daría una rabieta colosal. Es muy peligroso hacer enojar al mequetrefe del Rey.

Raditz se rio ante eso último, era evidente que para Bardock, el Rey Vegeta era un bueno para nada orgulloso. Un pensamiento que compartían.

─Pero muchos vieron mi nivel de poder cuando regresé, ¿no será ese un problema? ─La pregunta era una preocupación real que revoloteaba en la mente del erizado niño saiyajin.

─Solo fingimos no saber nada, todos creerán que fue un fallo de los rastreadores, esas cosas suelen estropearse de vez en cuando ─respondió restándole importancia. La verdad era que los rastreadores se actualizaban constantemente, y Bardock estaba seguro que la mayoría de guerreros saiyajins pocas veces mantenían bien actualizados sus rastreadores, un fallo simultáneo sería común, un hecho afortunado.

─Si esto es un problema, creo que un amigo podría necesitar uno de estos artefactos que ocultan el poder ─dijo Raditz, no olvidándose de la situación de su joven rival Turles.

─¿Te refieres a tu compañero de escuadrón? ¿Turles o algo así? ─Bardock habló tranquilo─. No te preocupes por él, de hecho, estoy seguro de que ya tiene uno. Su tío es un importante ingeniero, y un buen amigo mío, de hecho, él creo este artefacto en primer lugar, para una emergencia como esta supongo.

Raditz se sintió aliviado al saber eso, algo menos de qué preocuparse. No sabía porqué, pero el bienestar de Turles le importaba, quizás porque era lo más cercano a una amistad que ha logrado forjar en este nuevo mundo. También le agradaban Talon, Sakore y Jiyama, no podía evitar sonreír al recordarlos. Eran como un gran equipo…

Pero entonces, Bardock y Raditz se dieron cuenta de la llegada inesperada de un grupo de saiyajins, de hecho, eran saiyajins del palacio real, podía saberlo por sus capaz blancas ondeando a voluntad del viento. Aterrizaron a pocos metros de ellos, cada uno con un semblante serio. Bardock solo los miró con desdén.

─Un saludo Bardock, me presento, soy el general Bollan ─habló cordial uno de los sujetos mientras daba un paso adelante, pretendía ser cortés pero tanto Bardock como Raditz sentían el peligro del momento─. Creo que sabe por qué estoy aquí, ¿no es así? ─La mirada del general se fijó en Raditz, y éste se mantuvo firme como un campeón, no era conveniente mostrarse temeroso.

─No, no lo sé. Aunque debo suponer que para que un general venga a buscarme, la razón debe ser importante. ─El de cicatriz era certero en sus palabras, buscando ser convincente.

Bollan entonces se cruzó de brazos, riendo desde la garganta con humor, y Raditz no sabía si fue porque no creyó en las palabras de su padre o porque ya estaba loco. Nunca entendería a la gente que se ríe de la nada.

Bueno, ahora soy Raditz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora