T2: 17

1.7K 226 98
                                    

CAPÍTULO 17: SUNO.

Cuando Goku recuperó la consciencia, abrió los ojos perezosamente, solo para percatarse de que se encontraba en una pequeña casa, sentado en una mecedora y envuelto con una cálida manta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando Goku recuperó la consciencia, abrió los ojos perezosamente, solo para percatarse de que se encontraba en una pequeña casa, sentado en una mecedora y envuelto con una cálida manta. Frente a él, estaba una chimenea, encendida y dándole calor. No tenía más frío, pero seguía débil por el hambre.

«Y ahora… ¿dónde estoy?», se preguntó el niño. Giró la cabeza a un lado para mirar, dándose cuenta de una presencia más en la sala. Alguien pequeño, de cabello rojizo y largo, que estaba bebiendo una taza de chocolate, sentado en la alfombra.

─¿Hmm? ─Goku parpadeó con curiosidad, buscó identificar si se trataba de un niño o niña, pero no estaba realmente seguro. La personita en cambio, solo le dio una sonrisa, con ojos gentiles.

─¡Mamá, ya se despertó! ─llamó, poniéndose de pie. Al instante, una mujer llegó desde la cocina, vestida con un vestido hogareño azul y un delantal blanco. Ella parecía muy aliviada de por fin ver al pequeño niño repuesto.

─Gracias a Dios ─dijo la señora, para correr de regreso a la cocina.

─¿En dónde estoy? ─El saiyajin alcanzó a preguntar mientras se quitaba la manta y saltaba de la silla mecedora, estando de pie una vez más.

─¡Estás en la aldea Jungle! ─informó la joven pelirroja, parecía muy emocionada de conocer a alguien nuevo─. Te encontré tirado en la nieve, así que te traje a mi casa.

La mujer de antes finalmente regresó a la sala, caminó hasta Goku, trayendo consigo una taza de chocolate caliente para él.

─Aquí tienes, pequeño ─ella dijo, entregándole la taza─. Tienes mucha suerte de que Suno te haya encontrado, o podrías haber muerto congelado.

El chico no dudó en aceptar la bebida chocolatada. Olía deliciosa y cálida, así que le dio un buen trago para después, soplar vapor.

─Que rico, muchas gracias~ ─Goku sonrió, aunque pronto su estómago empezó a rugir. Su rostro se tornó preocupado─. Ay no… Todavía no he comido nada…

─¡Ah, no te preocupes por eso! ─exclamó la amable mujer, sonriéndole consoladora─. La comida está lista. Te daré un buen plato de sopa, ¿qué te parece?

─¿De verdad? ¡Si quiero, gracias, gracias! ─El saiyajin estaba muy entusiasmado por probar bocado, y justamente la sopa le sonaba a algo completamente delicioso con un clima tan frío. La señora asintió, yéndose para comenzar a servir. Goku entonces notó como estaba siendo observado por la joven de cabello rojo─. Así que… ¿tú me trajiste hasta aquí?

─Si ─contestó ella, sonriente. Sus ojos café brillaban con una curiosidad infantil─. ¿Cómo te llamas?

─Goku, Son Goku ─contestó el niño, dando otro trago a su chocolate caliente. Luego se centró de nuevo en la conversación. Él también tenía preguntas─. ¿Tú eres una niña o un niño?

Bueno, ahora soy Raditz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora