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CAPITULO 9: LLEGADA AL PLANETA VULKAAN.

El equipo pasó un gran tiempo viajando en el espacio. Las naves fueron como estrellas fugaces en el abismo del espacio llegando a su destino: planeta Vulkaan. Las cápsulas chocaron de forma aleatoria con el planeta, cada una a cierta distancia de la otra. Tras dos meses de viaje, Raditz salió de su cápsula con cautela, dándose cuenta de la apariencia extraña del planeta.

Para empezar la tierra era de tonos violeta pastel junto con algo parecido al césped de color azul. Estaba lloviendo pero, según el informe no contenía alguna afectación tóxica para los seres vivos. Con eso en mente, se elevó en el aire varios metros para obtener un mejor panorama del lugar en el que cayó.

Había zonas pantanosas esparcidas por todo el planeta, y el cielo era cubierto por nubes grises. Parecía un planeta bastante tropical ya que según sabía llovía la mayor parte del año, adecuado para los alienígenas con apariencia de ranas humanoides que querían el planeta y ofrecían una buena cantidad de dinero por el.

Encendió su rastreador para analizar los niveles de poder en el planeta. Números y direcciones aparecieron en el lente, pudiendo comprobar que los niveles de poder iban de 20 a 80 en promedio, tal como el informe dictaba.

─Que niveles tan bajos… Creí que podría ser un reto pero, solo es un planeta débil. ─Frunció el ceño decepcionado, entonces prefirió rastrear las posiciones de los demás saiyajins─. A ver… La ubicación más cercana es la de Talon, de hecho ya está llegando a mi posición. Jiyama también y… Sakore aún está en su lugar… Ummh.

Raditz entonces decidió localizar a Turles, pero cuando se dio cuenta de que éste parecía tomar su propio rumbo, solo pudo bufar molesto. «Ese tonto, ¿y si le pasa algo?».

─¡Bah! Soy su capitán, no su niñera ─declaró Raditz flojo─. Si muere no es mi culpa, además no me cae bien.

Entonces a lo lejos, pudo identificar la silueta de Talon, volando hacía él. Esta vez Raditz decidió que lo saludaría en cuanto llegara, y así fue, cuando Talon estuvo cerca, Raditz habló primero.

─¡Talon, hola! Eres el primero en llegar ─recibió pacíficamente, y aunque no obtuvo una respuesta en palabras, siendo que Talon solo asintió y comenzó a analizar la zona ignorándolo, para Raditz eso ya era un avance. «Y yo que me consideraba en mi vida anterior un chico tímido. Talon es sin duda el rey de la discreción…»

En poco tiempo, Jiyama también hizo acto de presencia junto a ellos, parecía emocionado.

─¡Capitán! Ahora que tengo un rastreador puedo ver que tiene 400 puntos de poder ¡Eso es asombroso! ─exclamó Jiyama bastante animado. Como a todos los saiyajins, él se emocionaba ante el poder, y un instinto de lucha surgió en su cabeza─. Debemos luchar alguna vez. Yo solo tengo 156 puntos de poder pero, ¡te alcanzaré!

─Muy bien, cuando terminemos el trabajo te daré la batalla que quieres pero, por ahora centrémonos en la misión.

─Ah, sí. Estuve analizando los niveles de poder aquí y la verdad es que la gran mayoría de seres vivos en este planeta son bastante débiles ¡Serán fáciles de matar!

─Lo sé, pero de todas formas debemos tener un plan de invasión. ─Raditz miró a sus dos compañeros─ ¿Alguna sugerencia?

─¡Yo, yo! ─habló ansioso Jiyama, como era de esperarse ya que Talon ni siquiera los miró─ ¿Qué tal dividir el planeta en áreas extensas y matar a todos los aborígenes? Como un orden de exterminio.

─De hecho había pensado en eso pero también podríamos, ¿matar a los más débiles primero y dejar los más poderosos para el final? ─insinuó Raditz.

Bueno, ahora soy Raditz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora