Un chico joven reencarna como uno de los saiyajin con menos relevancia de la franquicia de Dragon Ball Z. Con una nueva oportunidad de vida, se abrirá camino tomando sus propias decisiones y buscando la libertad dentro de un mundo tan caótico, ¿qué...
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En la Tierra…
Ya hacían tres semanas desde que el Tenkaichi Budokai había terminado, dejando como ganador a Jackie Chun.
Luego de esto, una parte de los amigos de Goku habían seguido su propio rumbo, a excepción de su mejor amigo Krillin, quien se había instalado temporalmente en el Monte Paoz para aprender a volar, siendo asesorado por Raditz. Como compañera de este breve entrenamiento, estaba la pequeña Cerely también. Sobra decir que Krillin tuvo algunos problemas de concentración al principio, pero poco a poco se acostumbró a convivir con ella, a pesar de su enamoramiento platónico.
Tanto Krillin como Cerely se esforzaron y compitieron entre si para ver quien sería el primero en lograr volar a la perfección. Y para desgracia del joven artista marcial calvo, esta vez fue su turno de perder.
Cerely había dominado la técnica de vuelo en menos de una semana, mientras que él aún tenía algunas dificultades para mantenerse en el aire por más de media hora… Pero desde luego, esto no lo hizo rendirse. Más aparte, Raditz y Goku constantemente se encargaban de darle ánimos diciéndole que confiara en sus habilidades.
“Eres un guerrero Krillin. No importa si te toma más tiempo que a Cerely. ¡Lo importante es que ya estás cada vez más cerca!” fue lo que Raditz le decía a menudo. A Krillin le daba algo de pena recibir elogios de alguien como Raditz, quien según Goku, era alguien muy fuerte. Además, Raditz hablaba con tanta convicción, como si en verdad estuviera seguro de que lo lograría. En parte esa seguridad se le contagio y siguió entrenando.
Poco a poco, Krillin obtuvo dulces resultados. Luego de tres semanas completas, ya se encontraba volando sin problemas a varios metros del suelo. El niño tenía una sonrisa en el rostro, encantando por mirar el mundo desde tan alto y ser capaz de moverse por los cielos a su voluntad. ¡Había conseguido aprender a volar!
―¡Wujuuuu! ¡Esto es genial! ―exclamó Krillin, soltando una risa feliz mientras daba volteretas en el aire, dando prueba del control que ahora tenía al volar. Desde el suelo, Cerely, Goku y Raditz lo miraban, muy felices por él.
―Estupendo. Krillin ya puede volar sin problema alguno. ―Raditz aseguró esto con una sonrisa orgullosa. Tal como había imaginado, Krillin pudo aprender a volar en relativamente poco tiempo.
―¡Bien hecho, Krillin! ―Goku gritó, felicitándolo con todas las ganas.
―¡Ya era hora! ―Cerely dijo, pasando a mirar a su hermano más joven―. ¡Así ya podremos jugar los tres a las atrapadas y se valdrá volar!
―Yo creo que las atrapadas son más interesantes sin volar ―comentó el saiyajin, ganándose un bufido de su hermana menor.
―¡Eso no es cierto! ―Cerely sentenció, negando con la cabeza firmemente. Después, sin previo aviso, Cerely formó un puño con su mano derecha y propinó un fuerte puñetazo al hombro de Goku, quien soltó un quejido de dolor.
