Segunda parte
Cinco años después
Con una carrera a punto de terminar, una familia unida y una incipiente relación sentimental se podía decir que Cristal había alcanzado el equilibrio que tanto le había costado conseguir durante los años posteriores a la muerte de su madre.
Pero Carla, su antigua rival en el colegio por el corazón de Beltrán no estaba de acuerdo.
—Deberías decirle a tu cara que estás emocionada —sugirió sin tacto.
—Estoy emocionada, aunque no lo creas.
—Espero que ese tipo sea tan ingenuo como para creerte —siguió. Cristal agitó la cabeza con aburrimiento y miró a la bella castaña que antiguamente fue la causa de sus primeros celos.
—En primer lugar, se llama Pablo y no tiene que ser ingenuo porque sí estoy emocionada por mi cita con él.
—Repítelo hasta que te convenzas.
Carla y ella habían terminado estudiando lo mismo en la misma universidad, ambas estaban por recibirse de kinesiólogas, así que habían estado forzadas a convivir. Además, Carla llevaba años saliendo con Andrés por lo que se habían acercado bastante y se podía decir que eran amigas.
Aunque en ese momento Cristal se replanteara su relación.
—Eres tan molesta que no sé ni porqué te soporto.
—Lo haces porque desde que Aldana se fue al extranjero el puesto de mejor amiga y confidente quedó vacante. Yo fui valiente y lo tomé —replicó con orgullo.
Muchas cosas habían cambiado en el transcurso de los años. Una de ellas era que Aldana había decidido estudiar arte en Europa, no tenía un lugar fijo y solo se enteraban de sus andanzas por las fotos que colgaba en sus redes sociales.
Adolfo había seguido la tradición familiar y estudiaba medicina, estaba haciendo su internado en ese momento y casi no le veían.
Andrés estudiaba derecho y se preparaba para rendir su último examen oral, por lo que Carla había optado por respetar su espacio y no visitarlo. Su aburrimiento la tenía fastidiando a Cristal.
Del resto de sus compañeros no sabía mucho más.
—Cuidado, Paulina podría ponerse celosa —replicó y Carla soltó una carcajada.
—Que yo sea tu mejor amiga no quiere decir que tú seas la mía.
Cristal peinó su cabello, más corto que antaño. Su autodenominada amiga estaba acostada en su cama. Había llegado a su casa sin avisar aun sabiendo que tenía programada una salida con Pablo.
—¿No tienes nada mejor que hacer que estar en mi cama dando vueltas? —preguntó falsamente fastidiada.
—Podría estar dando vueltas en otra cama, pero Andrés está muy ocupado —contestó con naturalidad. Cristal negó divertida, Carla era deslenguada y muy abierta con respecto a su vida íntima.
—Está esforzándose para que tus futuros hijos tengan una vida decente, ya que si de ti depende los pobres vivirán de la caridad.
—Más le vale, nuestros futuros niños merecen lo mejor.
—Mi primer regalo para tus hijos será un celular para que me llamen cuando olvides ir por ellos al colegio —Carla se rio, pero le concedió el punto.
Andrés era el confiable de la relación, no ella.
La historia de los dos era sencilla, Carla había quedado despechada después de la desaparición de Beltrán, en sus palabras, creía que tenía posibilidades con él, pero lo había superado rápido y Andrés había tomado la iniciativa. Desde entonces estaban juntos.
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El día que me quieras
Romantik¿Cómo añorar lo que nunca se ha tenido? Si él nunca ha conocido el amor ¿por qué de pronto tiene ojos solo para ella? Cristal siempre ha tenido todo lo que ha deseado. Su vida transcurre sin sobresaltos entre el colegio, sus amigos y su amorosa fam...