Capítulo 21

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Aun cuando era duro aceptarlo, los integrantes de la familia Brunetti López debían continuar con sus vidas. Todos los hijos retornaron a sus clases y el padre compaginaba su deber como esposo acompañando a su mujer en el hospital y como alcalde de la ciudad.

Cristal volvió al colegio y se puso al corriente con sus deberes. Sus compañeros la apoyaron mucho y sus profesores tuvieron mucha paciencia con ella.

No obstante, su relación con Beltrán no era la mejor. Ella se sintió herida por su rechazo, por lo que limitaba sus interacciones a su trabajo en común.

Para Beltrán era difícil tenerla tan cerca y no poder estar con ella, pero la entendía y respetaba. Se conformaba con mantener la distancia si con ello la hacía sentir mejor.

Además, después de su desahogo con Matías había llegado a la conclusión que involucrar a Cristal solo le traería dolor, tal y como estaba sufriendo su hermano. No quería provocarle más daño, ella ya estaba pasando por un momento familiar difícil.

El año escolar estaba por terminar y en poco tiempo tendrían que presentar su informe. Gran parte del trabajo se lo había llevado él, aunque Cristal había participado lo más que pudo considerando sus circunstancias.

Con el final del año académico y la graduación a la vuelta de la esquina ya no se verían tanto y la separación sería orgánica y natural.

Beltrán estaba en la biblioteca esperando por ella en ese momento.

—Hola, Beltrán —saludó una agradable voz femenina.

—Hola, Carla ¿vienes a estudiar?

—Algo así, vine por el proyecto de biología. Me falta la última parte de la célula de Sertoli, pero quedé de juntarme con Vero para finiquitarlo hoy mismo.

La joven tomó asiento a su lado. No le molestaba porque era una chica bastante agradable. Hablar con sus compañeros era algo nuevo y lo atesoraba.

Compararon sus avances de manera que fueron complementando sus puntos de vista con respecto a la organización y distribución de temas.

—Con el astrocito tenemos muchas funciones a desarrollar —decía Beltrán—. Cristal dice que solo con sus funciones hacemos la exposición completa —sonrió recordando una de las primeras cosas que le había dicho su hermosa compañera—. Pero cuando hablamos con la profesora nos dijo que teníamos que hacer énfasis en la barrera hematoencefálica por sobre los demás.

—Le gustan las barreras, a nosotras nos dijo que no podíamos olvidar la barrera hematotesticular —Carla se notaba muy entusiasmada con su proyecto, similar a la emoción de Cristal cuando empezaron. Beltrán miró la hora en su reloj pulsera y frunció las cejas, su compañera llegaba tarde.

Se preocupó instintivamente ¿tal vez la habían llamado del hospital?

☆☆☆

Cristal había estado inquieta y pendiente del celular todo el día. La noche anterior su madre había tenido una crisis y le habían tenido que aumentar la dosis de medicamentos.

Había que aceptarlo, su madre no viviría mucho más. El dolor en su corazón era insoportable y asumir que partiría no era sencillo. Se afirmó de una pared cercana a la biblioteca, estaba tan triste por la situación de su familia que no lograba concentrarse en nada. Tenía que cumplir con Beltrán y necesitaba tomar un respiro porque su mente estaba en otra parte.

—Cris ¿Estás bien? —reconoció la voz de Andrés, por su tono preocupado se dio cuenta de la lamentable imagen que estaba mostrando.

—Sí, sí. Estoy bien —mintió y forzó una sonrisa. Su amigo no le creyó y le dio un abrazo.

El día que me quierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora