Capítulo 17

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Cristal estuvo ausente toda la semana. Sus compañeros conocían a grandes rasgos la situación que estaba atravesando porque los profesores habían sido notificados y la noticia se expandió rápidamente en el colegio, aunque rondaban muchas preguntas en el ambiente.

Adolfo estaba saliendo del baño de varones cuando Beltrán lo interceptó.

—¿Tienes un momento? —preguntó él. Adolfo le sonrió de medio lado. No lo reconocería en voz alta, pero Beltrán cada día le caía mejor.

—¿Para el jugador estrella del equipo? Claro que tengo tiempo —contestó sardónico.

A Beltrán le pareció algo incómodo el comentario. De sobra sabía que lo hacía con humor, pero no era la única persona que le había hecho alguna broma semejante y no estaba acostumbrado a ello.

Por más común que fuese entre compañeros tal camaradería, aún le era difícil de seguir aquel ritmo.

—Es sobre Cristal o, más bien, sobre su mamá —Adolfo se llevó las manos a su corto pelo rubio y chasqueó la lengua.

—Horrible la verdad. Cris llevaba meses pendiente de la salud de su madre —dijo compungido—. No conoces los pormenores porque no éramos amigos en ese tiempo, pero era un tema de preocupación constante para ella y nosotros intentábamos animarla sin mucho éxito.

—Según su tía, el cáncer que tiene es de páncreas. Sé que estás investigando algo del páncreas para biología —Adolfo alzó una ceja, pero asintió. Que Beltrán recordara su tema de investigación le resultó curioso—. La verdad es que no sé mucho del tema. He leído algunas cosas, pero no entiendo nada.

A Adolfo le provocó ternura que él quisiera saber sobre la enfermedad de la madre de Cristal. Era evidente que ella le interesaba lo suficiente como para darse el tiempo de averiguar sobre el tema. Era encantador.

—Es cierto, me tocó la célula beta, pero dudo que la madre de Cristal tenga una neoplasia de células beta —negó, su compañero no comprendía a lo que se refería—. Por lo general son benignos —explicó ante su mirada de confusión.

—Ah...

—No estás entendiendo nada, futuro balón de oro —lo picó—. El cáncer de páncreas se origina en la mayoría de los casos en células exocrinas —explicó con paciencia—. Y no, no voy a darte una cátedra que tu cerebro matemático no pueda reducir a una ecuación de primer grado.

—Bueno, gracias... —aceptó dubitativo—, supongo.

—Pero sí puedo decirte una cosa que no requiere de mucho esfuerzo mental de tu parte —el ambiente escolar contrastaba con la seriedad del tema que estaban a punto de abordar. Chicos de todas las edades desfilaban por el pasillo, algunos hablaban entre ellos y reían, otros se aislaban del mundo con sus auriculares. Se sentía extraño, irreal incluso, hablar de un tema tan delicado en un lugar así—. Mis papás son médicos y hay algo que he aprendido de vivir con ellos durante casi dieciocho años: cada persona es un mundo. Puedes ser un especialista que ha aplicado el mismo tratamiento por años con éxito, pero basta que una persona reaccione distinto a él para no volver a hablar de efectividad absoluta—. Adolfo le puso una mano en el hombro—. A lo que voy es que el diagnóstico de la mamá de Cristal es muy malo y otros en su misma situación han perdido la batalla, esa es la realidad. Lo único que podemos hacer es apoyar a Cris y a su familia y rezar porque ella sea esa persona que reaccione distinto al tratamiento.

El joven asintió con la moral por los suelos y ambos se dirigieron al salón de clases, cada uno perdido en sus pensamientos.

Una vez allí la clase de filosofía transcurrió normal. El maestro impartió su materia casi sin parar de hablar. Para Beltrán resultó eterno, estaba muy inquieto aquel día y la filosofía no lograba motivarlo.

El día que me quierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora