Capítulo XLVII: Tallahassee.

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Un extraño sentimiento me recorrió cuando comencé a caminar por el aeropuerto local, deslizando la valija por el pavimento. Pude escuchar a los chicos detrás de mí haciendo lo mismo, pero estaba demasiado ocupada intentando controlar la tormenta de emociones que me embargaba en esos momentos, que resultaba prácticamente imperceptible: hace casi dos años no pisaba tierra de origen. La Navidad pasada fue desarrollada en Miami, donde tío Joseph recientemente se había mudado, y las vacaciones fueron celebradas en California, por lo que no había tenido oportunidad de visitar mi hogar hasta el día de hoy.

―¡Bienvenidos a casa! ―Creí haber escuchado a mi hermano vociferar, generando una sonrisa ladeada de mi parte.

Unos metros más adelante, mi padre estaba parado con un cartel en mano que rezaba «¡Una bienvenida a mi familia y a Aaron!», que me hizo cubrir mi boca con la mano para amortiguar la carcajada estridente que escapó de mis labios. A su lado, tía Rose y tío Claude levantaban los brazos para saludarnos con ímpetu, e incluso pude ver a Gemma Styles sonriéndonos. La invisibilidad de mi madre me hizo fruncir el ceño, sin embargo.

Corrí a abrazar a mi papá, notando a mi prima hacer lo mismo en dirección a sus padres, cuando nos recibieron con carcajadas mientras yo daba vueltas en el aire por Andrew Parker. Me separé para ceñir a mis tíos, y eché un vistazo a la hermana de Harry con una sonrisa pequeña―: ¡Vaya! Hace tiempo que no te veo.

―Estás preciosísima. ―Ella de todas formas me abrazó, al tiempo en que los dos hombres llegaron y apartándome de Gemma pude notar advertir Harry alzaba las cejas en sorpresa, observando a su hermana.

Al parecer no estaba al tanto de que la castaña vendría.

―¡Oh, vamos, papá! Al menos Harry tampoco está en el cartel.

La risa de papá y el quejido de Aaron rompieron momentáneamente la conexión visual que estaban teniendo los hermanos Styles, resquebrajándose en su totalidad cuando papá palmeó con un poco de fuerza el hombro del rizado, sonriendo―: Harry es como un hijo para mí así que está incluido en la familia.

―¡Yo soy tu hijo!

Ambos se callaron cuando Harry corrió a rodear a su hermana mayor, elevándola en sus brazos, y tuvieron un instante que me hizo sonreír inconscientemente en donde pareció hablar en voz baja con la consanguínea a ignorancia del resto.

―¡Andrew Parker, te dije que me avisaras cuando llegaran! ―Esa voz la reconocería en cualquier lado, tan gruñona y cariñosa como siempre. Giré a la izquierda con una enorme sonrisa, prestando atención a mamá corriendo hacia nosotros con comida en su mano, cuando la tiró a los brazos de mi padre que a duras penas pudo capturarla exitosamente, y nos estrechó a Paz y a mí en un abrazo que nos quitó la respiración por unos segundos, apretujándonos contra ella―: ¡Las extrañé tanto!

―También vine yo, mamá. ―Aaron estaba a punto de arrastrarse por el suelo.

Avelyn se separó de nosotros para ojear confundida a mi hermano, y lo analizó por unos intervalos―: Bienvenido, A... ¿Anthony?

Aaron explotó.

―¡Me diste a luz! ¡Me nombraste apenas nací! ¿Lo recuerdas? ¡El 5 de enero!

Mi madre liberó una risa encantadora, yendo a cogerle de las mejillas mientras lo achuchaba como el hijo de mami que mi hermano en realidad era, cuando tío Claude anunció que empezáramos a desalojar y todos nos fuimos en demostraciones de afecto y palabras cálidas. A los minutos, el húmedo aire de Florida me acogió entre sus brazos cuando solté un suspiro y sonreí, sintiéndome en casa.

Este aburrido estado con su asqueroso clima no era mi lugar preferido, pero mientras las personas que amaba siguieran estando aquí, mi hogar seguiría siendo este, aquel que me vio crecer desde que nací.

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