Capítulo XXVI: Los Hombres Lobo de Castronegro.

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  • Dedicado a Louis Tomlinson, por su cumpleaños.
                                    

Liam se derrumbó en el sofá mientras sostenía con su mano el teléfono de cable. Tomlinson hace unas horas había retornado a la habitación con unas cuantas bolsas con dulces en las manos, más Red Bull de las que se consideraría salubre y barras Mars para abastecer a todo un país, empero, los presentes estaban de acuerdo en que precisábamos comida real en nuestros estómagos, y como la respuesta más obvia al problema en común ahora Payne estaba contactando a la pizzería más aledaña.

Giró sobre su hombro:―¿Hawaiana? Están dando una oferta.

―No, la piña es para perdedores. ―Arguyó Zayn, viciado con el televisor.

Me gusta la piña.

―Oye, a mí me gusta la piña. ―Harry le dio un porrazo en el brazo, cuando mi entrecejo se arrugó hacia su paradero y me pregunté si el chico estaba leyendo mi mente o como caído del cielo tenía superpoderes. Aparentemente no, lo cual me cargó más de lo que debería, incitando que ruede los ojos mientras resoplaba.

No significaba absolutamente nada, Aileen. Calma tus caballos.

―Eso corrobora la teoría de Zayn. ―Pretendí quitar la tensión de mi cuerpo.

El rizado descarrió su mirada a mi lugar, con clara sátira en su semblante―. Mira quién decidió utilizar su voz, Whitney Houston. ―Una clara «L» se formó sobre su frente con dos de sus dedos, cuando me sacó la lengua y yo le mostré mis dos dedos del medio con una sonrisa sarcástica.

Liam interrumpió―: He pedido cinco pizzas; dos normales y tres con diferentes sabores. No he pedio Coca-Cola porque las bebidas que trajo Louis serán suficientes, supongo yo. ¿Estamos bien con eso? ¿Sí? De acuerdo. ―Se sentó cerca, riendo amistosamente y promoviendo que todos le sigamos.

―Solo me aseguro de que estén bien alimentados.

―Más bien que estemos lo adecuadamente gordos para que nos comas, Tomlinson. Eso explicaría tu manera extraña de actuar ―Niall posó el control de videojuegos sobre el sillón, avanzando hasta la nevera para echar un trago de agua―. Planetario.

―Aileen es la que estaba usando una camiseta sobre los alienígenas, no Louis. ―Paz indicó, sonriendo sutilmente mientras le pedía un poco de agua al rubicundo. Genial. Enredé mis manos al darme cuenta de que ahora todos me prestaban atención, provocando que interrogue a mi subconsciente para saber si podría sentirme cómoda alrededor de ellos sin ser un bicho raro que naturalmente respiraba aire en su entorno.

―Eso explicaría el parecido de su nombre con la palabra «alien».

Por poco aticé el rostro de Styles con una almohada debido a esa perspicaz conclusión, cuando me vi estorbada por Sarah, quien se encaramó sobre mis piernas y metódicamente le sonrió a todos como una bola de disco en mitad de la pista―. ¿Qué hacemos mientras esperamos la pizza? La consola me ha secado y lo único que estamos haciendo es ver cómo Niall lidia con la tirantez de no saber cómo invitar a Paz al cine, lo cual al principio resultaba entretenido pero ahora lo encuentro tedioso. ―Los ojos pasaron a otra Parker yuxtapuesta a Horan, cuando vimos cómo mi prima experimentadamente propinó un almohadazo al rostro de Sarah y el muchacho rió nervioso, rascando su nuca.

―Silencio, rubia. ―Mi familiar clamó, avivando mi risa.

Sarah expectoró pelos exageradamente, acomodándose el cabello mientras fruncía la cara melodramáticamente, previo a levantar su mano y negar con la cabeza―. Las Parker me van a sacar canas verdes.

―Las Parker son las mejores y te arde. ―Saqué la lengua a otra persona en un solo día.

Empezaba a tomar en consideración cómo todo cerca de mí iba engendrando pequeñas capas de incomodidad, cuando Sar me sonrió impuesta como evidencia que recordaba el incidente de la alcoba y el nombre balbucido por mis labios. Por poco murmuré algo, intentando hacer que se olvide de ello, pero otra voz nos reprimió y ambas giramos la cabeza hacia el portador―. Tengo un juego que podría resultar entretenido. ―Louis circuló hasta la gaveta, dándonos la espalda.

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