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—No contestaste mi pregunta—Liam se sienta a mi lado mientras veo a Ridoc y Aurelie dar vueltas entre si en el tapete con sus uniformes de combate.

Es reñido. Son iguales en tamaño y Aurelie parece ser muy buena.

—¿Qué pregunta?—no aparto mis ojos de Ridoc, ignorando el escalofrío que me recorre bajo la mirada del rubio.

—¿Con quien almuerzas?—insiste y suelto una suave risa que llama la atención de Violet y Rhiannon a mi otro lado.

—Con ellas—las señalo y luego a Ridoc—. Y él. ¿Por qué? ¿Quieres unirte, sección Cola?—enarco una ceja en dirección a Liam y él parece sonrojarse un poco. Casi río. «Lindo. Jodidamente lindo»

—No hay citas aquí, así que... si—asiente y me lamo los labios, llamando su atención a ellos—. Por cierto, ¿de dónde sacaste esas preguntas en la clase de Devera?

Dudo en responder, pero algo en sus ojos me transmite confianza. Mi intuición nunca me ha fallado.

Y al mirar en dirección a Killian, en el lado de la segunda ala, me encuentro con él mirando brevemente a Xaden y luego a mi. Asiente confirmando lo que sé. «Es de confiar»

—El padre de Violet era escriba—explico—. Pasaba mucho tiempo con ellos, siempre me llevaba libros para que leyera alegando que el conocimiento era el arma más importante. Y soy fiel creyente de ello—me encojo de hombros.

—Bien, eres una mujer inteligente—bromea—. Justamente mi tipo.

Aprieto los labios en un intento de evitar sonreír ante su encantador coqueteo tan descarado.

—Oh, eres el coqueto más descarado que he conocido—me burlo y sus mejillas se tiñen de rojo. Río, empujándolo suavemente antes de morder mi labio.

—Eso lastima tus labios—levanta su mano y saca mi labio de entre mis dientes, haciéndome respirar profundo cuando mi piel comienza a cosquillear por su toque—. ¿Eres fiel seguidora de las reglas?

—¿Por qué?—entrecierro los ojos de forma coqueta y él sonríe.

—Quizás necesite un breve repaso de historia—dice y río—. ¿Me ayudas?

—Por supuesto, ven a mi litera—ambos desviamos nuestra atención cuando un crujido llena el aire erizándome la piel.

—Dioses—dice Liam a mi lado, ambos vemos al oponente de Jack Barlowe caer muerto en la colchoneta.

Mi estómago se revuelve y me obligo a respirar profundo, lanzándole una mirada de desagrado a Jack cuando mira en nuestra dirección.

—¿Qué dije? —Su instructor grita mientras carga sobre la colchoneta—. ¡Le rompiste el maldito cuello!

—¿Cómo iba a saber que su cuello era tan débil? —Jack argumenta.

—Ojos al frente —ordena Emetterio, pero su tono es más amable de lo que ha sido mientras todos miramos hacia otro lado del muerto de primer año—. No tienen que acostumbrarse —nos dice—. Pero tienen que funcionar a través de eso. Tú y tú. —Señala a Rhiannon y a otro de primer año de nuestro Escuadrón, un hombre de complexión robusta, pelo negro azulado y facciones angulosas. «Tynan»

Rhiannon hace un trabajo rápido del de primer año, esquiva un golpe y conecta uno propio. Es rápida y sus golpes son poderosos, el tipo de combinación letal que la distinguirá.

—¿Te rindes? —le pregunta cuando lo tira de espaldas, su mano deteniéndose a medio golpe justo encima de su garganta.

—¡No! —grita, enganchando sus piernas alrededor de las de Rhiannon y golpeándola contra su espalda. Pero ella rueda y rápidamente se pone de pie antes de ponerlo de nuevo en la misma posición, esta vez con su bota en su cuello.

Love Scales [Liam Mairi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora