Love Scales [Liam Mairi]

19

—Fue lo más cool del mundo —continúa Ridoc—. Sawyer estaba luchando contra el de tercero que tiene unas habilidades increíbles con el sable y un instante después...

—Podrías dejar que él cuente la historia —lo regaña Rhiannon, poniendo los ojos en blanco.

—No, gracias —comenta Sawyer, negando con la cabeza y sin quitarle la vista a su tenedor con expresión de miedo.

Ridoc sonríe.

Ridoc sin duda está emocionado por contar esto a todos mientras desayunamos.

A excepción del tercer escuadrón, casi todos nos encontramos aquí. «A ellos no les gustan los marcados y, ¿sinceramente? Pueden irse a la mierda y llevarse sus ridiculeces con ellos»

—Y entonces la espada se tuerce en la mano de Sawyer, curvándose hacia el de tercero, aunque Sawyer estaba lejísimos de atinarle. —Hace un gesto de pena hacia Sawyer—. Perdón, amigo, pero es la verdad. Si tu espada no hubiera decidido doblarse e ir directo contra el brazo de ese tipo...

—¿Eres metalúrgico? —pregunta Quinn, sorprendida—. ¿En serio?

Sawyer es el primero de nosotros en mostrar algo de poder y, es un sello. Hasta ahora ninguno de nosotros se ha visto con el privilegio de ello y, en realidad, estoy muy feliz por Sawyer.

Sawyer asiente.

—Eso dijo Carr. Aetos me llevó a rastras con el profesor cuando vio qué estaba pasando.

Fue increíble verlo. Sin duda su sello se hizo presente en el momento adecuado, como se puede notar por las palabras de Ridoc.

—¡Qué envidia! —Ridoc se agarra el pecho—. ¡Ya quiero que mi sello se manifieste!

—No te emocionarías tanto si implicara que tu tenedor se te podría enterrar en el paladar porque aún no lo controlas. —Sawyer aleja su comida.

—Buen punto. —Ridoc observa su propia bandeja.

Río, palmeando suavemente la espalda de Sawyer.

—Van a manifestar cuando su dragón esté listo para confiarles todo ese poder —dice Quinn, y luego se termina su agua—. Solo espero que sus dragones confíen en ustedes antes de que pasen unos seis meses y... —Hace un sonido como de explosión y el mismo gesto con las manos.

—¿Qué quiso decir con eso?—Pregunto de inmediato a Adhair.

—Nada que deba asustarte.

Casi ruedo los ojos. «Grandiosa respuesta»

—Lo sabrás cuando pase, simplemente relájate, ricitos de oro.

—Deja de asustar a los niños —le ordena Imogen a Quinn—. Eso no ha pasado en... —Lo piensa por un momento—. Décadas. —Cuando todos volteamos a verla, hace un gesto de fastidio—. Miren, la reliquia que sus dragones les transfirieron en la Trilla es el conducto para que toda la magia entre a su cuerpo. Si no manifiestan un sello y lo dejan salir, tras varios meses pasan cosas malas.

Todos nos quedamos con la boca abierta.

—La magia te consume —agrega Quinn, haciendo otra vez el sonido de explosión.

—Relájense, no es que haya una fecha límite. Solo es un promedio. —Imogen se encoge de hombros.

—Mierda, siempre sale algo más aquí —se queja Ridoc.

—¿Ya te sientes un poco más afortunado? —pregunta Sawyer, mirando su tenedor.

—Te conseguiremos cubiertos de madera —le dice Violet—. Y probablemente deberías evitar la armería o luchar con... cualquier cosa.