—¡Ya basta! —grita alguien que viene bajando por las escaleras de la rotonda con la cabeza entre las manos. Es uno de primero del Ala Tres—. ¡Por el amor de los dioses, ya basta! —vocifera mientras llega tambaleándose al patio.
Liam lleva sus manos a sus dagas, tirando suavemente de mi para que permanezca parcialmente protegida por su cuerpo.
La multitud se abre y forma un círculo alrededor del de primero, que sigue gritando con la cabeza entre las manos.
—¡Jeremiah! —grita alguien que se acerca.
—¡Tú! —Jeremiah se da la vuelta y señala con un dedo al de tercero—. ¡Crees que me volví loco! —Inclina la cabeza hacia un lado y sus ojos se encienden—. ¿Cómo lo sabe? ¡No debería saberlo! —Su tono cambia, como si las palabras no fueran suyas.
Mi piel se eriza y mi estómago se revuelve al entender qué es lo que está pasando.
—¡Y tú! —Se voltea de nuevo, señalando a uno de segundo del Ala Uno—. ¿Qué diablos le pasa? ¿Por qué grita? —Se gira de nuevo y se enfoca en Dain—. ¿Violet me va a odiar por siempre? ¿Por qué no puede entender que solo quiero que siga viva? ¿Cómo es que él...? ¡Está leyendo mis pensamientos! —Su imitación es increíble, vergonzosa y aterradora.
—Joder—Respiro profundo, sintiendo que mi corazón comienza a latir con fuerza ante la idea de que mis pensamientos también sean leídos y comunicados en voz alta.
El sello de Jeremiah se está manifestando. Puede leer mentes, es un inntinncista. Su poder es una sentencia de muerte. No hay forma de que lo dejen vivir.
—Ven aquí—Liam rodea mi cintura con su brazo, acercándome a su costado—. Piensa en otra cosa. Despeja tu cabeza.
Asiento, sintiendo que su calor me calma mientras comienzo a pensar en el dibujo del guantelete que no he terminado.
Jeremiah desenvaina su espada corta.
—¡Ya basta! ¿No se dan cuenta? ¡Los pensamientos no se detienen! —Su pánico se puede sentir.
Se me aprieta el pecho.
«Necesito más lápices y algunos carboncillos para poder terminar el dibujo. El guantelete no es algo que pueda hacerse porque si, necesito plasmar todo con lujo de detalle. Quizás pueda volar cerca de ahí con Adhair para verlo mejor»
—¡Y tú! —Jeremiah se da la vuelta y clava sus ojos en Garrick—. Que se vaya todo al diablo. Él se va a enterar de... —Las sombras que rodean los pies de Jeremiah le suben como enredaderas por las piernas con una velocidad rápida y le rodean el pecho hasta cubrirle la boca como unas bandas negras.
Exhalo, viendo a mi izquierda para ver a Xaden con su brazo sobre los hombros de Violet.
Bueno, supongo que muchos estamos agradecidos con él por callarlo.
Un profesor se abre paso entre la multitud y su cabello blanco rebota con cada paso de su enorme cuerpo.
—¡Es un inntinncista! —grita alguien, y parece que eso era lo único que se necesitaba.
El profesor toma la cabeza de Jeremiah con ambas manos y un crujido hace eco por los muros del patio silencioso. Las sombras de Xaden desaparecen y Jeremiah cae al suelo con la cabeza en un ángulo antinatural y macabro.
Está... muerto.
El profesor se agacha y recoge el cuerpo de Jeremiah con una fuerza sorprendente y se lo lleva a la rotonda.
—Ese es un sello que nadie quiere—Liam exhala ruidosamente antes de mirarme—. ¿Estás bien?
—Supongo, ese hombre me dió escalofríos. —Respiro profundamente—. Eso fue... intenso. Me siento mal por Jeremiah. No era un mal chico.
—No, no lo era. —Me aprieta suavemente contra su costado mientras ambos miramos el lugar dónde antes estaba su cuerpo inerte.
***
La puerta de mi habitación se abre de golpe y mi cabeza se levanta del boceto para encontrarse con los ojos furiosos de un cadete.
Mis ojos lo repasan de arriba a abajo y aprieto los labios al ver la daga que sostiene en su mano, lanzándome una mirada furiosa que enciende mis alertas.
—¿Sabes? Tu dragona es muy bonita.
Me tenso, siento como una oleada de energía comienza a zumbar en mi cuerpo, haciendo que mis extremidades se sientan extrañas mientras no hago más que ver al hombre que sin duda viene a matarme.
—Increíble. ¡Levántate y pelea, Maeve!
La voz de Adhair me saca de mis pensamientos, y aunque mis brazos comienzan a arder sin explicación alguna, me obligo a reaccionar.
—Ya sé, ¿sabes tú que el último que intentó matarme fue quemado por ella?—Enarco una ceja, cerrando mi libreta para levantarme. «Me saca dos cabezas. Mierda»—. Aunque me mataras, dudo que ella te tome como su jinete. Después de todo, si un dragón menos poderoso no te eligió, ¿por qué lo haría ella?
Se lanza hacia mi levantando su daga y rápidamente lo esquivo, viendo como el filo choca contra la roca de la pared de la habitación y él no se da ni siquiera un segundo antes de darse la vuelta e intentarlo de nuevo.
Me lanzo hacia mi cama y tomo la daga debajo de la almohada, empuñándola antes de apuntarla al cadete, que se acerca a mi a paso lento mientras retrocedo.
Sé que la pared está justo detrás y no puedo dejar que me arrincone, pero él es enorme y moverme significaría darle carta blanca para que pueda herirme en cualquier lugar.
Maldigo internamente, pidiendo a Zinhal que mi plan funcione.
Lanzo la daga que se clava en su hombro y creo que el dios de la suerte no está de mi lado, porque el hombre ni siquiera se inmuta. Toma la daga y se la saca del hombro mientras el sonido de la piel cortándose resuena en la habitación. «¿Qué mierda?»
Un gruñido se escapa de sus labios antes de que se lance hacia mi y de inmediato me agacho, esquivando el filo de la daga y logrando correr hacia la puerta para abrirla.
Choco contra un pecho sólido y unos brazos tiran de mi fuera de la habitación sujetándome en ese lugar.
Empujo a quien me esté sosteniendo con todas mis fuerzas y una vez hay distancia entre nosotros lanzo un puñetazo a ciegas que le saca un quejido al hombre.
—Joder, tienes una buena derecha. —Se frota la barbilla y miro sobre mi hombro para ver donde viene el hombre cuando me doy cuenta de quien es al que golpeé.
Bodhi. El primo de Xaden.
—¿Tú...?—Retrocedo y él de inmediato niega.
—No es él, puedes confiar en Bodhi—me dice Adhair.
Resoplo, mirando sobre mi hombro para ver dentro de mi habitación y parpadeo cuando veo a Liam sobre el cadete, lanzando puñetazos tan furiosos y llenos de agresividad que me deja completamente sorprendida.
El sonido de los golpes resuena en el silencio del lugar con la poca iluminación a excepción de la luz que proviene de mi habitación con la puerta abierta de par en par.
El hombre levanta su codo de golpe y un jadeo se me escapa cuando impacta contra el ojo de Liam, sacándole un quejido antes de que sea derribado.
No sé cómo, ni porqué, pero un cosquilleo toma mi brazo derecho y de pronto una ola de dolor toma mi cuerpo al tiempo que un destello de luz explota de algún lugar y como si de un relámpago se tratase, cae sobre el hombre que levantaba su mano hacia el cuello de Liam.
Dura unos largos segundos en los que todos permanecemos quietos, y cuando Bodhi me toma de los hombros todo simplemente se desvanece.
—Es uno de tus sellos. —Es todo lo que escucho de mi dragona.
«¿Uno de mis...?»
Mi cabeza me da vuelta durante unos segundos antes de que todo se vuelva negro.

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Love Scales [Liam Mairi]
FanfictionSer jinete de dragón es la meta de todos los de primer año. Pero antes, debemos cruzar un camino lleno de obstáculos y muerte. Liam Mairi es... un golpe que no esperaba. Coqueto, amable, guapo y... nuestros dragones son pareja. Estamos unidos hasta...