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—¿Estás bien?—la pregunta de Xaden me saca de mis pensamientos.

Volando sobre nuestras cabezas hay dragones inquietos. Dragones que, a pesar de haber acabado con los Venins, insisten en patrullar en caso de que no lo hayamos logrado en realidad.

La sola idea hace que el estómago se me apriete.

—Agotada. Siento mis extremidades tan débiles que apenas quiero moverme—admito, mirando sobre mi hombro para verlo parado bajo el umbral de mi puerta—. ¿Tú cómo estás?

Ninguno estuvo desmayado mucho tiempo. Desperté cuando la infantería llegó a recogernos, pero mi cuerpo estaba tan agotado que solo pude asentir para confirmarles que no tenía ninguna herida grave.

—Me siento igual. —Se acerca a paso lento, poniendo sus ojos sobre Liam, que yace acostado en mi cama. Desde hace más de doce horas.

Brennan asegura que es normal pero... no puedo dejar de sentir esa presión en mi pecho, esa preocupación profunda que me hace querer fundirme contra él y no abrir los ojos hasta que él también lo haga.

Deigh me dijo que Liam, incluso mientras se desangraba por la herida que el wyvern le causó, tomó su espada y luchó en tierra junto a los aviadores y la infantería.

Pero, lo que me hizo llorar por horas fue el saber que, a pesar de que mi dolor mientras intentaba eliminar al Sabio, como ahora sé que se llama, él de alguna forma derribó mis protecciones y abrió nuestro vínculo para quitarme dolor de encima.

El dolor, según lo que le describí a Xaden, debió ser dos veces peor.

»¿Nada?—pregunta Xaden en voz baja y yo niego, alejándome de la ventana para volver a la cama de mi habitación en Basgiath.

«Nunca creí que tendría que volver aquí, pero nuestra gente debe tomar fuerzas antes de volver a Aretia y... saber qué tan dañado quedó»

—No. —Tomo la mano de Liam entre las mías—. Está bien, Brennan curó su herida, pero su cuerpo sigue agotado por haber sido llevado a unos límites que él no podía soportar. —Trago grueso—. Quiero odiarlo por hacer eso, Xaden, pero... no puedo. —Parpadeo cuando los ojos se me llenan de lágrimas.

Fue tan irresponsable. «Dioses, él y yo vamos a tener una seria conversación cuando despierte»

—Sé que no. —Xaden se acerca y pasa su brazo sobre mis hombros—. Él lo sabía, y de todas formas lo hizo. —Respira profundo—. No hay nada que Liam no haría por ti, Maeve. Incluso llevar su cuerpo más allá de sus límites.

Lo sé.

—¿Qué haremos ahora?—pregunto en voz baja, dejando que mi magia se deslice fuera de mi. Mi cuerpo se estremece debido a lo rápido que la uso después de agotarme, pero eso no me impide poner un escudo de sonido en la habitación—. ¿Poromiel se independizará?—Lo miro—. ¿Tomarás el trono en Tyrrendor?

—No me interesa el trono. —Niega—. No me gusta la idea de gobernar, estoy... cansado. —Suspira—. ¿Quieres tomarlo tú?

Bufo.

—Joder, no. —Niego—. No creo que yo sea la adecuada para gobernar y... no estoy muy segura de que esa sea la vida que deseo. —Acaricio su espalda—. Aún no sé mucho, esa es la verdad—admito—. Ahora que no hay una guerra solo quiero graduarme y... no lo sé, ver que me depara la vida.

—Te depara una boda—me recuerda y sonrío—. Te depara terminar la academia y... una ceremonia real.

Frunzo el ceño.

—¿Una qué?—Parpadeo.

Sé lo que es. Los miembros de familias reales tienen dichas ceremonias aún en brazos de su madre; es una confirmación, una ceremonia de coronación prácticamente, para forma parte de la familia real.

Love Scales [Liam Mairi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora