Love Scales [Liam Mairi]

8

—Entonces. —Garrick llega a mi lado cuando dejo a los chicos a cargo de Liam y que puedan practicar con las armas.

—¿Entonces?—Enarco una ceja y él traga grueso—. ¿Vas a echarte a llorar? Creí que todos ustedes sabían que yo estaba bien.

Garrick apenas ha dejado de mirarme desde que llegaron. Le di su tiempo, creí que necesitaba adaptarse de nuevo a verme antes de poder acercarse.

—Lo sabíamos—asiente—. Sabíamos que estabas aquí, Maeve. Pero no sabíamos si estabas verdaderamente bien, si habías despertado, no sabíamos si Liam estaba bien. —Se gira por completo hacia mi para verme—. Tuve que ver a tu hermano llorarte; a Violet llorar por Liam y por ti, a Ridoc, incluso Sawyer que parece tener el afán de no mostrar nada ante nadie.

Las palabras escuecen. Mi pecho se aprieta con demasiada fuerza y muerdo el interior de mi mejilla cuando mis ojos comienzan a arder.

–¿Qué pasa?–cuestiona Liam y parpadeo en su dirección para verlo acercarse a mi.

–No. –Mis palabras lo hacen detenerse. Niego y le ofrezco una pequeña sonrisa–. Estoy bien, es... una conversación necesaria.

–No tan necesaria si te hace llorar–gruñe Adhair–. No tiene que hacerte llorar.

–Está bien, no pasa nada.

–¡Si pasa!–ruge y respiro profundo–. No fue tu decisión, no tiene derecho a hacerte sentir mal. Incluso si hubiera sido tu decisión, sigue sin tener el derecho.

–Adhair, él no busca hacerme sentir mal.

Bloqueo la conexión con mi dragona, callando el reclamo para evitar que se enoje más y venga aquí para quemar a alguien.

—¿Crees que no lo pienso?—le cuestiono a Garrick y él suspira—. ¿Crees que no extraño a mis hermanos y a mis amigos? ¿Crees que me parece lo ideal que tofos?—Limpio las lágrimas que comienzan a bajar por mis mejillas—. Yo también los extraño, Garrick. Paso cada día preguntándome si a alguno le ha pasado algo.

La sola idea de perder a alguno de ellos me carcome. Los escenarios que pasan por mi cabeza de tener que enterarme de la muerte de alguno de ellos y que ni siquiera haya podido abrazarlos una última vez... joder, estar aquí tampoco es fácil.

—Mierda, ricitos de oro. —Garrick suspira, pasándose la mano por el rostro—. Yo no..., no quiero hacerte llorar. —Abre sus brazos y me atrae a su pecho—. Lo siento. Lo siento mucho.

—No es mi culpa, ¿sabes?—Me echo a atrás para alejarme—. No es mi culpa tener este sello. No es mi culpa haber querido protegernos de un Venin.

—No, es nuestra por no haberles dicho a lo que se enfrentaban. —Asiente—. Tuvimos que vivirlo dos veces.

Aprieto los labios, asintiendo. Porque no es lo adecuado, Xaden trata esto de forma delicada, pero incluso así tiene que saber en quienes confiar.

No lo culpo, pero su falta de confianza nos mantuvo en la ignorancia, lo que al final nos llevó a casi morir. A ambas.

—Porque ustedes son leales a Xaden. A la revolución. —Suspiro, extendiendo mi mano para apretar suavemente su brazo—. No voy a culparte por saber con quién está tu lealtad, sobretodo sabiendo lo que hizo Xaden por ustedes.

Él asiente en confirmación.

Si hay algo que he aprendido estando aquí es que ellos tienen sus razones para ser completamente leales a Xaden. Después de todo, él ofreció su vida por la de ellos y, además de eso, los ayuda todo lo que puede en la academia.