—Mierda. —Retrocedo cuando el cadete de la Segunda Ala intenta golpearme en el estómago.
Lanzo una patada a su entrepierna y él retrocede intentando retomar el aliento por el dolor, dándome la oportunidad de acercarme.
Él se levanta rápidamente y me rodea el cuello con su mano, apretando con la fuerza suficiente para cortarme el aire.
Me obligo a permanecer tranquila, tal como Killian me ha enseñado y vuelvo a golpear su entrepierna dos veces antes de empujarlo con todas mis fuerzas.
Cae sobre el tapete agarrándose los testículos y esquivo la patada que intenta lanzarme cuando me acerco en un intento de acabar con este combate de una buena vez.
No veo venir el momento en el que barre mis pies haciéndome caer al piso con un ruido sordo y un golpe contra mis costillas que me hace jadear cuando el aire escapa de mis pulmones.
El hombre se levanta lentamente y yo intento tomar una bocanada de aire justo cuando veo su pie levantarse.
Ruedo hacia un lado justo a tiempo, viendo su pie caer justo donde estaba antes mi rostro.
—Mala idea, chico. —Escucho la voz de Killian y gruño. «Gran. Maldita. Mala. Idea»
Entiendo que es un combate, pero esa patada pudo matarme. Y eso enciende una rabia dentro de mi cuando el juramento que le hice a Alek vuelve a mi cabeza.
—Imbécil. —Me levanto rápidamente, sintiendo una inyección de energía en el momento en que le volteo el rostro de un puñetazo que le vuela un diente.
Jadeos se escuchan en el lugar y yo ruedo los ojos.
—¡Maldita!—escupe y yo me encojo de hombros.
Veo su brazo levantarse y su mano acercarse a mi rostro. Me agacho para esquivar el puñetazo y tomo su brazo antes de que lo retire; se lo tuerzo, escuchándolo sisear por el dolor antes de que tire de él hacia mi cuerpo.
Tropieza, golpeo sus rodillas desde atrás y él cae de rodillas. Intento subirme sobre él y se sacude con fuerza dándome un cabezazo en los labios que hace que el sabor metálico me llene la boca.
Me trago el quejido por el ardor y golpeo el costado de su cabeza con mi codo, haciéndolo caer desmayado sobre el tapete.
Le quito la daga. «La tercera que me he ganado»
Suelto la bocanada de aire que no sabía que estaba conteniendo y me levanto para ver al profesor Emetterio mientras todos aplauden.
Ridoc silva y yo río haciendo una reverencia burlesca a la que mi hermano vitorea.
—Bien, alguien que lo lleve a la enfermería—ordena, señalando al cadete.
—No estoy segura de por qué te ríes, Sorrengail —grita una voz que reconozco como Barlowe en el momento en que miro en su dirección.
Está parado con los pies separados contra la pared de tablones de madera a unos tres metros de distancia de los chicos, con una sonrisa malvada que me hace resoplar.—Vete a la mierda, Barlowe. —Vi le muestra el dedo de en medio y yo río.
—Sinceramente, espero que ganes el desafío de hoy —Sus ojos bailan con un júbilo sádico—. Sería una pena que alguien más te matara antes de que yo tenga la oportunidad. Pero no me sorprendería. Las violetas son tan delicadas... cosas frágiles, ya sabes.
Apenas parpadeo cuando veo a Violet desenvainar sus dagas y lanzarlas en dirección a Jack, con una aterrizando junto a su oreja y otra entre sus piernas justo debajo de sus testículos.
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Love Scales [Liam Mairi]
Hayran KurguSer jinete de dragón es la meta de todos los de primer año. Pero antes, debemos cruzar un camino lleno de obstáculos y muerte. Liam Mairi es... un golpe que no esperaba. Coqueto, amable, guapo y... nuestros dragones son pareja. Estamos unidos hasta...