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***

—Te extraño—murmuró Liam, acariciando el cabello de una aún dormida Maeve recostada contra las almohadas—. Y te amo.

***

Dos meses en ensoñación.

—Ahora.

Con las palabras de mi madre, Dunne se lanza hacia mi y de inmediato me muevo hacia un lado para esquivar la espada de madera.

La veo levantarla en mi dirección al recuperarse rápidamente y la detengo con la mía, escuchando el golpe de las maderas chocar mientras un retrocedo de ambas partes va y viene.

Yo adelanto, haciéndola retroceder cuando presiono y retrocediendo yo también cuando ella ejerce presión sobre mi.

Ambas luchamos, una y otra vez durante unos largos minutos en los que debo hacer uso de ejercicios de respiración para no cansarme mientras mantengo mi poder a raya.

Entonces, ambas cambiamos de armas a las varas.

Un golpe en la mandíbula me hace sisear cuando el dolor me recorre todo ese lado del rostro, pero me repongo rápidamente para detener con mi vara la suya que se dirige directamente a mi nariz.

Vislumbro su pie levantarse para patear mi abdomen y de inmediato retrocedo, girando en un movimiento mientras la escucho avanzar y levantando mi vara justo a tiempo para detener la suya, moviendo mi pie como si fuera a levantarlo en un gesto que la confunde y desvía su atención, permitiéndome golpear su costado con la vara para hacerla retroceder algunos pasos.

Su vara de inmediato se lanza hacia adelante y me arqueo, obligándome a establecer todo mi peso en mis pies para no caer mientras la vara pasa justo delante de mi sin llegar a golpearme.

Giro y caigo sobre mis rodillas, deslizando mi pierna para derribarla pero ella salta y me esquiva, lanzando la vara en un intento de golpear mi pecho.

Me giro, levantándome en un movimiento rápido para evitar el suyo antes de golpear mi vara contra su espalda, siseando al recibir el golpe de la suya en mi rodilla, haciéndome cojear por unos segundos que le dan la ventaja suficiente para lanzarse sobre mi.

Sin embargo, tomo la punta de su vara en mi mano para detenerla y lanzo mi pie hacia adelante para conectar con su abdomen, escuchando su quejido mientras retrocede.

Entonces decido dejar salir mi poder, que se hace presente con un ardor soportable en las extremidades mientras las estelas de luz dorada brillante fluyen desde mis manos yendo rápidamente en dirección a Dunne.

Ella los esquiva en un movimiento rápido e intenta ir hacia otro lado, pero entonces más estelas de luz salen desprendidas de mi y la rodean por todos lados, cerrándose cada vez más bajo mi mando mientras ella busca alguna escapatoria que pueda sacarla del encierro en el que la he metido.

Entonces, lanza su vara hacia mi como si de una lanza de guerrera se tratara y me da en el hombro, haciendo que el dolor recorra este brevemente pero mi poder no retrocede.

—Más—exige mi madre.

Dejo salir más de mi poder, con las estelas brillando incluso más de forma claramente inofensiva mientras aumentan su tamaño cada vez más y más hasta que mi madre debe entrecerrar los ojos.

Dunne sonríe, viendo las estelas a su alrededor y yo dejo fluir todo mi poder, alzando mis manos para ver como una enorme burbuja de poder se forma alzándose hacia los cielos como si de una capa se tratara.

Ella de inmediato se lanza hacia mi cuando le doy la oportunidad y yo hago uso de mi magia para formar una barrera a mi alrededor que le impide tocarme.

Sonrío.

Las bajo, preparada para esquivar el golpe que lanza en mi dirección antes de girar y tomarla por la espalda, lanzando las estelas de luz que chocan contra su pecho con tal fuerza que la hacen caer mientras otras sujetan sus manos y pies para inmovilizarla.

Respiro profundo, con la respiración un poco agitada por el nivel de exigencia que requiere luchar contra una diosa de la guerra.

Por supuesto, ella no está luchando con su don o estaría muerta, pero lucha lo mejor que puede luchar un humano y yo acabo de vencerla.

Con mi poder y con mi entrenamiento.

—¡Si!—Mamá corre hacia mi y me abraza, haciéndome reír mientras retraigo mi poder, dejando que Dunne se levante—. Lo hiciste increíble, cariño.

—Gracias.

Le extiendo mi mano a Dunne y ella se pone en pie con mi ayuda, sonriendo con orgullo mientras me mira.

—Dos meses—dice y levanto las cejas—. Te tomó dos meses estar lista para volver. Dos meses para ser la mejor versión de tu yo jinete de dragón, una mujer poderosa.

Respiro profundo, sintiendo que mi corazón comienza a latir con demasiada rapidez mientras proceso sus palabras.

—¿Puedo volver?—pregunto y ella asiente.

—Traje a tu madre aquí porque sabía que lo necesitabas, porque ella sería un apoyo mientras estabas aquí—me sonríe—. Pero esta es la única vez que vas a verla.

Asiento, entendiendo a la perfección que esta situación es única en la vida y que no voy a volver aquí, por lo que tampoco voy a volver a ver a mi madre.

—Está bien. —Tomo la mano de mamá y la aprieto—. Tuve dos meses para estar con mi madre, para escuchar sus consejos y tener momentos con ella de nuevo. Ahora sé la verdad y sé cuál es el camino que debo tomar. —Parpadeo cuando mis ojos se llena de lágrimas—. Gracias.

—Eres una mujer fuerte, Maeve. —Mi madre besa mi frente—. Estoy muy orgullosa de ti. También de tus hermanos. Espero que siempre recuerdes que los amo más que a nada en este mundo.

Asiento.

»Recuerda, todos cometemos errores y eso está bien, somos humanos. —Se encoge de hombros—. El perdón es bueno si quieres darlo, vive cada día al máximo y disfruta de lo que te gusta. Ama, hazlo con todo tu corazón y sin miedo. —Besa mi cabeza—. Siempre centrada, ¿bueno? Confía siempre en ti misma y en lo que eres capaz.

Asiento, abrazándola con fuerza mientras las lágrimas caen por mis mejillas.

—Maeve. —Dunne me toma por los hombros—. Espero que estos días te sean de utilidad, confío en que sabrás cuál es tu objetivo cuando llegue el momento. —Me sonríe—. No dejen que los malos ganen. Ustedes son fuertes, más fuertes que cualquier otra generación que haya pasado antes.

—¿Alguna pista que quieras darme sobre la solución para todo esto?—pregunto y ella ríe.

—Eso es algo que tienen que descubrir ustedes mismos, ni siquiera nosotros tenemos el poder para revelarle a los humanos como proteger su casa. —Respira profundo—. Mucha suerte.

—Eso es con Zinhal—le recuerdo y asiente.

—Claro, hablaré con él. —Me da un corto abrazo—. Respira profundo un par de veces y deja que el sueño te llene.

Asiento, cerrando los ojos cuando el cansancio comienza a llenar mi cuerpo, haciéndome sentir con las extremidades pesadas.

El calor comienza a llenar mi piel, calentándola de una forma que solo me trae un poco más de calma.

Algo cálido y suave se siente en mi espalda cuando me remuevo. De pronto, soy demasiado consciente del silencio, del completo silencio, del calor, de mis dedos rozando algo suave y de mi ceño frunciéndose mientras hago uso de mi fuerza para abrir los ojos.

En el primer intento fallo, pero en el segundo, los abro por completo y me fijo en los techos blancos con luces apagadas, así que desvío mis ojos a mi izquierda y parpadeo al ver una enorme ventana.

Es una habitación enorme, estoy en una cama grande y veo un pequeño sofá a unos metros de la cama.

Me levanto poco a poco, sintiendo como mi cuerpo se queja y mis extremidades adoloridas se dejan sentir.

¿Dónde estoy?

Love Scales [Liam Mairi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora