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Maeve Satori.

—Por milésima vez; voy a estar bien—ruedo los ojos, abriendo la puerta de la habitación de Violet para encontrarla sentada entre las piernas de Mira, que le hace una trenza—. Hola, Mira, gusto en verte. ¿Le dices a Alek que voy a estar bien?

—¿Quieres que le mienta?—enarca una ceja en mi dirección y ruedo los ojos, dejándome caer frente a Vi.

—Supongo que tu madre no cedió—respiro profundo, repasando a mi amiga para notar que, igual que a mi, la hicieron usar uniforme negro ajustado y botas.

Violet es pequeña y... no está preparada para esto. No porque no sea capaz, no porque no crea que tenga el carácter para enfrentarlo; sino porque su cuerpo es frágil. Se fractura y lesiona más veces de las que son normales para un ser humano.

Entrar en el cuadrante de jinetes ya es suficientemente duro para quienes entrenan toda su vida. Y Violet solo ha entrenado durante seis meses.

Entrené con ella todo lo que pude temiendo que su madre no cambiara de opinión. Pero esto no es lo que ella quiere. A diferencia de mi, que amo la adrenalina y los dragones, Vi ama los libros y todo lo que tiene que ver con los Escribas.

Pero ella está decidida a superar esto. A vivir. Así que... confío en ella. La respaldaré.

—Necesitas concentrarte, Maeve—la voz de mi hermano es prácticamente una orden y me hace rodar los ojos—. Esto no es una broma, hoy tú...—respira profundo cuando lo miro—, hoy podrías morir.

«Lindo»

—Alek—me levanto, levantando mis manos para tomar a mi hermano seis años mayor de los hombros.

Tan distinto a mi, joder. «Si no fuera por el apellido, y que me parezco a mamá, nadie creería que somos hermanos»

Alek es más alto que mi metro sesenta. Treinta centímetros más, para ser exactos. De cabello pelirrojo oscuro y ojos avellanas.

Como Killian. «Como nuestro padre también, para desgracia de mis dos hermanos»

»Me hiciste entrenar en equilibrio desde que tengo memoria, te odié por ello muchas veces—le recuerdo—. Ahora, tengo el mejor maldito equilibrio del mundo. Me trajiste botas adecuadas y uniforme. Tú mismo entrenaste junto a mi antes de irte, luego lo hizo Killian y yo entrené hasta el cansancio cuando ambos se fueron. Voy a estar bien.

Bueno, eso no es totalmente cierto. No lo sé con certeza. Pero no quiero que mi hermano siga preocupándose por algo que es inevitable.

Si muero, lo hago y ya. Si vivo, entonces seré una cadete y próximamente jinete. «Si logro sobrevivir a la trilla. O a los dragones»

Sé como manejarlo. Tengo dos hermanos jinetes de dragón que me han hablado incontables veces de cómo debo comportarme, pero saber que la hora ha llegado me llena de una mezcla de emoción y... nerviosismo.

—Y sé que estás lista—exhala y acaricia mi cabello—. Confío en tus habilidades. Solo... es igual que con Killian, sigues siendo mi hermana menor y no puedo dejar de preocuparme.

—Lo sé—asiento y él me rodea con sus brazos. Parece robótico, es gracioso.

A mi hermano no le gustan los abrazos. Killian y yo somos los afectuosos de la familia. Y si Alek me abraza, entonces la preocupación es más profunda de lo que deja ver.

—Júrame que estarás bien—exige y cierro los ojos. «Mamá nos enseñó que los juramentos no se rompen. Siempre debemos cumplir con ellos»

«Vamos, Maeve, tienes todo lo necesario para sobrevivir. Solo estás nerviosa»

Love Scales [Liam Mairi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora