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012. L A   C O P A

elaine prewett

El compañerismo cuando eres un Slytherin no existe en tu vida. La mañana del partido todo el comedor aplaudía y apoyaba a Gryffindor.

Me mosqueaba pensar que si tal vez no estuviera en la casa mas odiada de Hogwarts, mis compañeros admitirían mi talento de cazadora.

—No los escuches, eres la mejor—Michelle tomó mi mano sobre la mesa y la apretó.

—Claro que lo sé, es el resto del equipo es quien no coopera—no iba a mentir, desde la pequeña charla con Snape mis humos habían subido a mil metros de altura, cada que quería presumir aquello con alguien más tenía que morderme la lengua. Si revelaba algo sobre la poción no volvería a jugar Quidditch en mi vida.

Agradecí que Draco no estuviera sentado cerca hoy, estoy segura de que se habría enemistado conmigo otra vez por ese comentario.

Gracias a la poción de Snape me di el lujo de no desayunar demasiado, si lo hacia, me vomitaría de los nervios.

—¡Y aquí llegan los de Gryffindor! —comentó Lee Jordan, que hacía de comentarista, como de costumbre. Mi mente tocó tierra. Llevaba la poción encima y sí que estaba revitalizada pero aún estaba demasiado nerviosa—. ¡Potter, Bell, Johnson, Spinnet, los hermanos Weasley y Wood! Ampliamente reconocido como el mejor equipo que ha visto Hogwarts desde hace años. —Los comentarios de Lee fueron ahogados por los abucheos de nuestra casa—. ¡Y ahora entra en el terreno de juego el equipo de Slytherin, encabezado por su capitán Flint! Ha hecho algunos cambios en la alineación y parece inclinarse más por el tamaño que por la destreza. —Más abucheos de los hinchas de Slytherin. Sin embargo, tenía razón. Marcus había discutido con el profesor Snape ante la petición de cambiarme a mí por un fortachón que me doblaba la estatura.

Draco y yo parecíamos unos elfos domésticos al rededor de los demás integrantes del equipo.

—¡Capitanes, dense la mano! —ordenó la señora Hooch. Flint y Wood se aproximaron y se estrecharon la mano con mucha fuerza, como si intentaran quebrarle al otro los dedos y ojalá lo hubieran hecho.

—¡Monten las escobas! —dijo la señora Hooch—. Tres... dos... uno...

El silbato quedó ahogado por el bramido de la multitud, al mismo tiempo que se levantaban en el aire catorce escobas. Mi corazón latía a toda velocidad, no sabía si era la poción alterando mi circulación sanguínea o la posibilidad de que me diera una taquicardia en ese mismo instante.

Warrington apuntó hacia mí con el quaffle pero antes de que sus gordas y gigantescas manos pudieran lanzármela, una Gryffindor lo interceptó.

—Y Gryffindor tiene el quaffle. Alicia Spinnet, de Gryffindor; con el quaffle, se dirige hacia la meta de Slytherin. Alicia va bien encaminada. Ah, no. Prewett intercepta el quaffle. Prewett, de Slytherin, rasgando el aire. ¡ZAS! Buen trabajo con la bludger por parte de George Weasley. Prewett deja caer el quaffle. Lo coge Johnson. Gryffindor vuelve a tenerlo. Vamos, Angelina. Un bonito quiebro a Montagne. ¡Agáchate, Angelina, eso es una bludger! ¡SLYTHERIN ARREBATA! Prewett va decidida, esquiva esa bludger ¡Se ve que no quiere cometer el mismo error! ¡SE ESTA ACERCANDO DEMASIADO! ¡NOO, HA MARCADO! ¡DIEZ A CERO PARA SLYTHERIN!

Golpeé el aire con el puño y miré a Snape entre la multitud. No me distraje más y fui en busca de otra quaffle.

Escuchaba a mi casa gritar mi apellido, la sonrisa en mi rostro era imborrable.

𝐆𝐎𝐎𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐍 𝐆𝐎 -𝗱𝗿𝗮𝗰𝗼 𝗺𝗮𝗹𝗳𝗼𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora