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043. C O N F U S I O N

elaine prewett

Mi espalda dolía como el infierno; tomé mi varita y sequé mi cabello de inmediato; no iba a soportar hacerlo con una toalla.

Y además de todo, moría de sueño.

Pero ahí estaba: sentada, escuchando atentamente lo que mi amiga tenía para contarme.

—Creo que lo amo—susurró, subiendo a mi cama de un salto.

—¿Eh?—pregunté algo atontada; la ducha me relajó en lugar de despertarme, y maldita sea, teníamos clase de Historia de la magia en unas horas.

—¿Estás bien?—preguntó Michelle, inclinando la cabeza y bajando su tono de voz, al igual que la emoción.

—Mhm, sí. Perdona, no dormí bien. Pesadillas—mentí. Las pesadillas tenían nombre y apellido, y olían exquisito.

Michelle entrecerró los ojos pero asintió y bajó de la cama.

—Si no puedes dormir, tengo unas pastillas en mi armario; tal vez te ayuden —dijo con una pequeña sonrisa, abotonando el último botón de su blusa.

—Gracias—murmuré adormitada.

Draco insistió quedarnos hasta tarde para observar las estrellas. La constelación que hacía honor a su nombre se mostraría en el firmamento y se podía observar sin necesidad de un telescopio.

Claramente no me pude negar, tanto él como yo caímos dormidos a las pocas horas de haber empezado a esperar.

El sol matutino nos levantó sobresaltados y volvimos a la sala común lo antes posible. Agradecía que Michelle no durmiera aquí tan seguido.

Pero claro, al final no logramos ver la constelación.
Vi a mi amiga maquillarse, a excepción de los labios. Dejó de hacerlo desde que Theodore se paseó por el castillo entero con los labios pintados de rojo.

Froté mis ojos y dejé que mi boca hablara sin permiso.

—¿Cómo se volvieron pareja?—murmuré mirándola atentamente.

Mi amiga se quedó paralizada con el delineador a unos centímetros, vi su reflejo mediante el espejo de su armario. Rio de forma extraña y terminó de pintarse antes de rodear su cama y sentarse frente a mí.

Hice el nudo de mi corbata, a la par que ella se aclaraba la garganta y empezaba a hablar.

—Pues... Mhmm, primero encontró flores- no me preguntes cómo se consiguen flores en invierno, pero él lo logró. Luego armó un ramo con ellas y me lo trajo—sonreí levemente al imaginármelo—. Encontró un lugar lindo en Hogsmeade, me compró mis dulces favoritos.

La vi jugar con el borde de su falda; movía su cabeza de un lado a otro mientras relataba.

—Luego estuvimos charlando un poco y me hizo la pregunta.

—Y aceptaste—comenté, agrandando mi sonrisa. Mi investigación sobre el amor no se había detenido, seguía preguntándome qué era y por qué parecía ser tan importante en el mundo. Quería saber el porqué la gente suele hacer tantas cosas culpando al amor ¿Qué tan loco te volvía?

Michelle rascó su nuca y bajó la mirada, incliné mi cabeza ante la extrañeza de su comportamiento.

—No, Elaine...—soltó una risa temblorosa y fruncí el ceño de inmediato.

—¡Qué...?—pregunté algo pestañeando varias veces. ¿Estoy completamente despierta? ¿Qué pregunta fue la que hice?

—No sería capaz de hacerlo eso—dijo en un murmullo. Sacudí mi cabeza, enderezándome.

𝐆𝐎𝐎𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐍 𝐆𝐎 -𝗱𝗿𝗮𝗰𝗼 𝗺𝗮𝗹𝗳𝗼𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora