039.

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039. F R I E N D S H I P

elaine prewett

El sol de la mañana chocó contra mi rostro y me hizo despertar ligeramente. Cubrí mi rostro con mis manos y giré mi cuerpo para ocultarme de los rayos solares.

Saboreé mi boca antes de volver a acurrucarme en las mantas. No fue hasta unos segundos después que recordé: A mi habitación nunca llega el sol.

Me reincorporé de golpe y al abrir los ojos los cerré de inmediato. Maldito sol.

—Ahg, mierda—dije en un murmullo, mientras tiraba mi pelo hacia atrás; lo sentía enmarañado. Puse mis manos en mis extremos para apoyarme y percibí la fría piedra rozar mis palmas.

Entonces realicé donde me encontraba: La torre de astronomía.

—Joder, apaga la luz—la voz adormitada de Draco me sobresaltó. No sabía como no me había dado cuenta de su presencia antes.

Él tenía la corbata desatada y el cabello revuelto. Por mera curiosidad inspeccione bajo la fina manta que nos cubría. Sí estábamos vestidos.

—Despierta—murmuré, mientras lo sacudía. Frunció el ceño aún con los ojos dormidos y se apartó de mí.

Suspiré y tuve que aplicar mi implacable táctica: Un mechón de pelo en el oído.

—¡Ay!—Draco se despertó sobresaltado y tuvo la misma reacción que yo: cerrar los ojos abruptamente al instante después de haberlos abierto.

—¿Cómo dejaste que me quedara dormida?—me quejé poniéndome de pie. Me di cuenta que estaba descalza así que busqué con la mirada mis tacones.

—Bah, ¿Qué haces?—preguntó aún sentado sobre las mantas.

—Buscando mis zapatos—dije vagamente mientras recorría la torre entera, sosteniendo mi vestido para no arrastrarlo.

Lo escuché suspirar y cuando volteé a mirarlo, estaba acostado nuevamente.

—Muy gracioso, ya vamos. Levántate —exhorté. No encontraba mis tacones. Maldita sea.

Lo escuché reír. Pasé la mano por mi cabello; necesitaba encontrar mis jodidos zapatos.

—Relájate, Lia. No tenemos clases hasta dentro de un mes. Nadie vendrá por aquí—dijo abiertamente, apoyó su cabeza en sus brazos cruzados por detrás.

Bufé abatida y me acerqué a él a paso lento. Era volver a sentarme con él o tirarme del barandal.

Me acomodé entre las sábanas y me acosté en la misma posición que él.

Lo miré de reojo, con el sol ya casi reflejado en mis ojos. Draco parecía relajado, pero su cercanía seguía generando un nudo en mi estómago. ¿Qué significaba todo lo que había pasado la noche anterior?

No lo iba a negar, me sentí extraña pero fue agradable. Sentir su cercanía junto a la mía. Era un completo idiota, pero sabía que hacerme para no odiarlo. Después de todo, me agradaba que fuera tan insoportable. Era divertido, los dos éramos unos jodidos, pero a ninguno parecía molestarle. Ignoraba el hecho de que habíamos pasado la noche juntos ¿Y si sucedió algo y no lo recordaba?

El silencio fue algo incómodo por unos segundos, hasta que pasado el tiempo se volvió reconfortante. Como si todo el ruido de mi mente se disipara y lo único que oía era el sonido de las aves, la nieve derretirse y nuestras respiraciones sincronizadas.

Frotaba mis pies en busca de calor. Cerré los ojos inspirando con profundidad, hacer eso me hubiera provocado una tos pero el aire fresco que se respiraba desde allí era revitalizador.

𝐆𝐎𝐎𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐍 𝐆𝐎 -𝗱𝗿𝗮𝗰𝗼 𝗺𝗮𝗹𝗳𝗼𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora