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034. W A R M

elaine prewett

—¿Tu crees que en verdad Potter tiene algo con esa sangre sucia?—preguntó Draco a mi lado sosteniendo "El profeta" que había salido esta mañana.

Detuve mi pan con mermelada de naranja a unos centímetros de mi boca, antes de morderlo, y reí.

—Tendría que ser tan perdedor como para que la única persona que se interese por él sea su mejor amiga—murmuré negando con la cabeza controlando mi risa.

—¿»De sorprendente belleza«?—Michelle leía el periódico sobre el hombro de Theodore, quien también tenía un ejemplar—¿Colin Creevey tiene ojos?

Seguí riendo ante las reacciones de mis amigos con el estúpido periódico de chismes. Después de todo, privarme de la información por muchos años me hizo inmune a la tergiversación de los medios.

—Es Gryffindor; lo más cerca que ha estado de una mujer es ese retrato de la Señora Gorda—comenté por fin dándole un mordisco a mi pan.

—Es cada vez más patético—murmuró Theodore aguantando la risa.

Me incliné hacia el hombro de Draco apoyando mi mentón para leer un poco del artículo, cómodamente:

»Sí, algunas noches aún lloro por ellos, no me da vergüenza confesarlo... Sé que no puedo sufrir ningún daño en el Torneo porque ellos me protegen...«

Solté una carcajada apartando la vista de inmediato; me parecía imposible ver a alguien sentirse conmovido por ese estúpido artículo. El comedor armaba revuelo y la mayoría de las vistas, por no decir todas, iban hacia Potter.

Cientos de burlas y risas, incluidas de parte de su propia casa.

—Hoy tenemos la tarde libre ¿Qué dices sobre ir a jugar Quidditch?—Draco susurró cerca de mi mejilla dejándome oler su aliento a dentífrico de menta; era como saborear los cigarrillos pero sin la nicotina en mi cuerpo.

Sí, me estaba volviendo un poco dependiente. En las noches lo único que quería era ir a mi habitación y aventarme una cajetilla entera mientras Michelle estudiaba en voz alta la misma página toda la noche.

No me había atrevido a llevarlas conmigo fuera de la habitación. Sin embargo, solía fumar uno con Michelle entre clases, mientras Draco iba a fastidiar a los niños menores con sus amigotes.

—Claro, te espero allá después del almuerzo —dije con una pequeña sonrisa.

Draco asintió y siguió con su desayuno.

Mi mente estuvo más despejada desde la tarde de detención con Draco, yo también me impresioné de lo tonto que fue hacer caso al: "Ya no pienses en eso", pero no fue lo único que me ayudó a simplemente ignorar la existencia de mi madre como lo había hecho toda mi vida.

No podía recordar un solo momento donde no me encontrara haciendo algo que me mantuviera la mente ocupada. Después de pasar más de ocho horas seguidas en la biblioteca, finalmente pude comenzar a estudiar nuevamente.

La clase de adivinación pasó más lenta de lo normal. La interpretación de los sueños era asquerosa para alguien como yo, que no soñaba nada aparte de ese sueño.

Había acabado todos los libros que Draco me regaló por navidad, cosa que me pareció bastante sorprendente ya que había pasado casi un año... Realmente creía que tardaría menos.

Almorcé en menos de veinte minutos y luego me apresuré a las mazmorras para cambiarme el uniforme. La cajetilla que no terminé anoche, me miraba desde la mesita.

𝐆𝐎𝐎𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐍 𝐆𝐎 -𝗱𝗿𝗮𝗰𝗼 𝗺𝗮𝗹𝗳𝗼𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora