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004. C L A S E S

elaine prewett

Había acompañado a Draco en la enfermería, aguantando sus quejidos y críticas hacia Potter ¿Qué tenía que ver él con su imprudencia?

—Si no hubieras provocado al ave...

—¡Le dije que era tonta pero no pensé que me fuera a entender! Además, Potter...

—Ay cállate—tomé el alcohol que Pomfrey me había dejado y le eché un poco sobre su herida, dio alarido que por poco y me deja sorda—¿Ya te vas a dejar de quejar?

—Contigo sí, con mi padre no. Necesita saber que hizo ese monstruo.

—La maldita ave no tuvo la culpa.

—No hablo de la gallina, hablo de ese gigante.

—¿No te cansas de culpar a las demás personas por tus errores? —susurré amenazante con intenciones de volver a bañar su brazo en alcohol.

—¡Es hora de cenar niños! ¡Largo! —la señora Pomfrey salió de su oficina y me entregó una pomada la cual Draco se debía de untar cada 4 horas.

Fuimos en silencio hacía el comedor y nos sentamos junto a nuestros amigos, pero a la gente le encantaba el chisme. En cantidad se acercaron hacía donde Draco estaba sentado y empezaron a hacerle preguntas tontas. Yo sólo me concentré en mi comida con esto del brazo estaba más arrogante que de costumbre.

Las clases de la mañana siguiente fueron normales e incluso más tranquilas sin Draco, pero Pansy se acercaba cada que podía a preguntar por él.

—¿Por qué no vas a la enfermería y le preguntas tu misma? —pregunté con un tono agresivo ya cansada de tanta insistencia.

Pansy me miró mal y volvió a su sitio, el profesor Snape se paseó por la sala como siempre ondeando su capa con cada paso.

A mitad de la clase Draco entró al salón. Los aires de grandeza que siempre tenía, hoy también lo acompañaban, pero mucho peor.

—¿Qué tal, Draco? —dijo Pansy Parkinson, sonriendo como una tonta—. ¿Te duele mucho?

—Sí —dijo Draco, con gesto de hombre valiente. Pero nosotros vimos que guiñaba un ojo a Crabbe y Goyle en el instante en que Pansy apartaba la vista.

—Pobre, necesita atención para sentirse bien—me susurró Michelle, aunque a primeras no le entendí del todo bien por la goma de mascar que tenía en la boca.

—Siéntate —le dijo el profesor Snape amablemente.

Seguimos haciendo la pócima para encoger, los sonidos de Michelle mascando eran insoportables, pero sabía lo difícil que le era poder quedarse quieta y esa era su única manera que canalizar su energía.

—Profesor —dijo Draco—, necesitaré ayuda para cortar las raíces de margarita, porque con el brazo así no puedo. —levantamos la vista y reparamos en que Draco se había sentado junto a Potter y Weasley.

—Weasley, córtaselas tú —ordenó Snape sin levantar la vista.

Theodore soltó una risita y siguió con lo suyo mientras negaba con la cabeza sin borrar esa sonrisa. Yo miré como Ron hacía lo que Snape le había ordenado, traté de ignorar la escena ya me enojaré con Draco más tarde.

Ambos sangre pura siguieron discutiendo incluso metieron a Potter y no lo niego, en serio quería saber que susurraban, ninguno de los Gryffindor estaba contentos.

Aunque mi atención hacia ellos duró poco, al otro lado de la sala había alguien más en problemas: Longbottom y no sé por qué no me sorprendía

—¡Naranja, Longbottom! —exclamó Snape, levantando un poco con el cazo y vertiéndolo en el caldero, para que lo viera todo el mundo—. ¡Naranja! Dime, muchacho, ¿hay algo que pueda penetrar esa gruesa calavera que tienes ahí? ¿No me has oído decir muy claro que se necesitaba sólo un bazo de rata? ¿No he dejado muy claro que no había que echar más que unas gotas de jugo de sanguijuela? ¿Qué tengo que hacer para que comprendas, Longbottom?

𝐆𝐎𝐎𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐍 𝐆𝐎 -𝗱𝗿𝗮𝗰𝗼 𝗺𝗮𝗹𝗳𝗼𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora