046.

167 19 14
                                    

046. L A S T    T R I A L

elaine prewett

Los desayunos era lo único que me mantenía de excusa para no estar estudiando; mi fruta picada no se veía ni un poquito apetecible.

Todos a nuestro al rededor sentían la emoción a flor de piel por próxima y ultima prueba del Torneo, que se llevaría acabo hoy después de nuestros últimos exámenes.

No encontré nada divertido ese evento este año; me arrebataron jugar quidditch y escupirles a los Gryffindor en la cara, aunque claro, eso aún podía hacerlo.

La ansiedad de terminar el año y empezar otro, se podía sentir en cada uno de mis amigos.

A excepción de Theodore que ya no tenía su rostro enterrado entre libros, sino en el pecho de mi amiga. Era de cierta manera incomodo.

Draco al contrario: masticaba uno de los postres que su madre le enviaba, mientras leía sus apuntes de la última clase de Historia de la Magia. En menos de diez minutos quería aprender todo lo estudiado en tres meses.

Michelle a penas podía mantener los ojos abiertos, ella adora estudiar hasta altas horas de la madrugada. Su cerebro se activa a esas horas.

Mientras que yo... Mi lema es: "Si Fred y George pudieron ¿Por qué yo no?"

El próximo año ya pasarían a los EXTASIS. Eso es algo que ni siquiera ellos se lo imaginaban.

—Mhm sí, justo así—murmuró Draco. Lo miré de soslayo, preguntándome si estaba hablando con su libro o su conciencia.

Pero claro, era con Potter. Y no solo él, mi vista se fijó en Ron que miraba totalmente furioso la portada de El Profeta. Sus dedos apretaban con fiereza ambos extremos del periódico y Granger miraba angustiada su reacción.

Draco, por el contrario, sonreía tal que niño en feria. Fruncí el ceño y busqué con la mirada si alguno de nuestra mesa tenía una copia. Theodore aplastaba uno con su codo mientras charlaba con Michelle.

Me estiré para tomarlo y mientras mis dedos arrebataban el periódico, haciendo que mi amigo tambaleara sobre la mesa, Draco gritó:

—¡Eh, Potter! ¿Qué tal te encuentras? ¿Te sientes bien? ¿Estás seguro de que no te vas a poner furioso con nosotros?

¿»Nosotros«?

Del lado derecho de la mesa, estaban todos los amigos de Draco. Todos reían abiertamente mientras leían El Profeta.

Estiré de un golpe la portada y leí:

HARRY POTTER, «TRASTORNADO Y PELIGROSO»

Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro; me encantaba las formas que encontraba de hacerlo enfadar porque sí. Estoy demasiado segura de que Draco tuvo algo que ver con esto.

El muchacho que derrotó a El-que-no-debe-ser-nombrado es inestable y probablemente peligroso, escribe Rita Skeeter, nuestra corresponsal especial. Recientemente han salido a la luz evidencias alarmantes del extraño comportamiento de Harry Potter que arrojan dudas sobre su idoneidad para competir en algo que exige tanto de sus participantes como el Torneo de los tres magos, e incluso para estudiar en Hogwarts.

Potter, como revela en exclusiva El Profeta, pierde el conocimiento con frecuencia en las clases, y a menudo se le oye quejarse de que le duele la cicatriz que tiene en la frente, vestigio de la maldición con la que Quien-ustedes-saben intentó matarlo. El pasado lunes, en medio de una clase de Adivinación, nuestra corresponsal de El Profeta presenció que Potter salía de la clase como un huracán, gritando que la cicatriz le dolía tanto que no podía seguir estudiando.

𝐆𝐎𝐎𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐍 𝐆𝐎 -𝗱𝗿𝗮𝗰𝗼 𝗺𝗮𝗹𝗳𝗼𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora