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030. P O T T E R    A P E S T A

elaine prewett

Acariciaba con mi mano la carta, era demasiado extraño y la angustia crecía en mi pecho. Curiosidad pero a la vez miedo.

—¿Vas a quedarte mirando o la vas a leer?—Draco se inclinó en mi hombro hasta casi quedar apoyado.

Me sentía un poco culpable por saltarme las clases, la única vez que no asistí a una clase ni siquiera fue adrede.

—¿Qué es lo que te asusta?—preguntó casi en un susurro.

Estábamos en un balcón del cuarto piso sentado al lado del arco de la puerta escondidos de peeves o de algún maestro que tuviera el periodo libre.

—No es la letra de mi madre—afirmé—. Quiero decir, se ve como la suya pero... Nunca la he visto escribir tan firmemente: sus manos tiemblan todo el tiempo.

Mordí el interior de mi mejilla con nerviosismo y mi pie empezó a rebotar como tic.

—Tal vez ya lo controló—dijo Draco restándole importancia y animándome a abrir la carta.

Era tonto el como una simple carta me estaba volviendo loca.

—Llevo catorce años de mi vida viéndola derramar cosas o escribiendo mal sólo por el temblor de sus manos ¿Cómo puede cambiar eso?

Draco suspiró y me arrebató la carta. Me quejé pidiendo que me la devolviera pero se puso de pie y estiró su brazo hacia el cielo.

—Ahg, eres un tramposo—murmuré sin siquiera intentar levantarme, definitivamente no lo iba a alcanzar.

—No me salté clases sólo para verte sufrir por una maldita carta.

Sin decir más lo vi abrirla con una sonrisa divertida. Al menos me había ahorrado el trabajo que muy probablemente no hubiera hecho.

No quería leer una carta donde me confirmara todas mis sospechas, que me dijera que le es fiel nuevamente a quien-tu-sabes y que me había mentido sobre pasar tiempo conmigo. Prefería vivir en la ignorancia.

—Tienes que estar bromeando—murmuró. Levanté mi vista algo sorprendida y me estiró un pergamino totalmente vacío.

Me puse de pie y lo tomé. Examiné cada centímetro del pergamino y le di cientos de vueltas. Nada.

—Increíble —farfullé haciendo un bollo y metiéndolo al bolsillo de mi túnica.

Sentía algo de alivio, pero al mismo tiempo confusión.

—¿Por qué me respondería con un pergamino en blanco? ¿Qué gana con eso? Es una maldita...

—Le recomendaría que busque otro lugar para insultar en voz alta, Señorita Prewett—me sobresalté de inmediato.

El profesor Flitwick nos observaba desde el arco de la puerta con unos cuantos libros en su pecho.

Miré a Draco en busca de apoyo pero estaba demasiado interesado en ver las diferentes formas de nubes que habían en el cielo.

𝐆𝐎𝐎𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐍 𝐆𝐎 -𝗱𝗿𝗮𝗰𝗼 𝗺𝗮𝗹𝗳𝗼𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora