031.

169 15 6
                                    

031. G I R L S '   N I G H T

elaine prewett

La noche cayó al igual que todos mis ánimos. Seguía pensando en el pergamino vacío que mi madre me había mandado. Me rehusé a deshacerme de él así que ahora vivía en un cajón de mi cómoda junto a mucha basura que me gusta coleccionar: Envoltorios bonitos, seguros de cassettes que me gustan, tapas de metal de algunas bebidas e incluso origamis que Michelle suele hace en clase.

El día había sido duro, me gané una decepción, un castigo y una triste mirada de Neville.

Un día muy lamentable si me preguntan. Así que claro, ya estaba sentada en frío suelo tan solo con ropa interior en el espacio que había entre la cama de Michelle y la mía.

Mi amiga sacaba el corcho de la botella con cuidado de no golpearme. A su lado tenía un cenicero bastante desgastado.

Y entonces ahí estaba otra vez... Ese exquisito y maldito aroma.

¿Me arrepentiría? Muy probablemente, en mi mente retumbaba el rostro enojado de Draco cuando me veía cerca de algún cigarrillo. Mis amigos parecían no poder controlarse al estar sin fumar ¿Qué tan loco te volvías cuando inhalabas uno de esos?

Su olor era demasiado cautivador para mí... Desde la primera vez que Michelle fumo cerca de mí, no pude dejar de pensar en el olor.

¿Tenía sabor?

—Perdón que haga esto aquí y ahora, pero lo necesito—dijo mi amiga exhalando el humo con cuidado de no volver a inhalarlo de casualidad.

Lo que más odiaba era que no me lo ofreciera, fumaba al frente mío y seguía conversando como si nada estuviera pasando.

—Te relaja ¿Enserio?—pregunté jugando con el borde de mi vasito.

Michelle me sonrió ligeramente sin apartar su fría mirada de la mía.

—Demasiado—murmuró antes de volver a darle una calada.

Mordí mi labio inferior suavemente, quería... Mierda. Quería demasiado. Tal vez era la curiosidad típica de la adolescencia pero no me importaba. Estaba joven, mis pulmones también.

Abrí mi boca con intenciones de hablar pero no me atrevía. Sabía que Draco me mataría al verme fumar... Aunque había quedado en dejar de importarme su opinión ¿Cierto?

Michelle me miraba con curiosidad sin borrar su sonrisa. Tomó la cajetilla apoyada en el suelo y me estiró uno sin decir nada.

Mi amiga tenía un don; no sabría decir si era uno para entender demasiado rápido las situaciones o de conocerme tanto.

Tomé algo indecisa el trozo cilíndrico de papel, porque sí, era de papel. Uno bastante suave al tacto y pesaba casi nada.

Rápidamente acercó el encendedor y me indicó que colocara el cigarrillo en mi boca; ningún hechizo era tan débil como para poder encender un inofensivo cigarrillo.

—Bien... Normalmente lo encendería yo, pero me gustaría que aprendas—dijo mi amiga con el encendedor frente a mí.

Asentí y apreté la parte de color entre mis labios, como había visto hacer a mis amigos.

—Bueno, vas a aspirar hasta que sientas el humo—Encendió la llama e hice lo que me pidió —¡Pero no lo inhales!

Muy tarde, aparté el cigarrillo de golpe y empecé a toser. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Rápidamente Michelle me acercó un vaso lleno de champagne y me lo tomé con cuidado. Se sintió un amargo sabor mezclado con ceniza y alcohol.

𝐆𝐎𝐎𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐍 𝐆𝐎 -𝗱𝗿𝗮𝗰𝗼 𝗺𝗮𝗹𝗳𝗼𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora