Cap. LI invisible

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el sol en Tailandia era agradable, Paloma miraba a su madre respirar la brisa de las playas de ese hermoso lugar, seguía procesando toda la vida que su madre le había ocultado, lo mucho que había sufrido y hecho sufrir, pero una duda seguía atormentado la cabeza, como llegó todo a este punto.

Fer: no, no terminamos porque Vale no fuera mía, la acepté pese a eso, así como ella las acepto a ustedes - miraba de reojo a su hija que estaba envuelta en dudas - jamás le dije que sabía que Valentina no es mi hija, por eso me retuerce el alma cada que me reprocha no pasar tiempo con ella argumentando que también es mía y ... - la menor interrumpía.
Paloma: y entonces no la aceptaste como ella a nosotras, ella jamás te juzgo, menos te cuestiono, solo te apoyo y nos amo, tú no, tú evades a Valentina, me queda claro que la quieres, pero tus celos enfermizos e ira no te dejan amarla - la morena suspiraba, viendo fijamente a la nada recordando.

(Flashback)

Ivonne: no se, pero tú ya sabías cómo es Fernanda, no es reproche pero así de volátiles son sus emociones, un día te quiere y al otro te odia, para serte franca ni tú y menos Valentina merecen el trato que les da - la morena escuchaba atrás de la puerta.
May: es que no entiendo que hice, estábamos bien y de la nada no se, Ivonne ya no se - las lágrimas comenzaban a brotar por sus mejillas - yo ya no se que hacer.

En la mente de Fernanda solo pasaban una cuantas palabras - "dime la verdad, me duele menos a que intentes seguir mintiendo, eso solo alimenta mi odio, te amo que eso no permite que te desprecie, pero quiero escuchar de tu boca la verdad ñ, que esa niña no es mía" - algo sacaba de su trance a la morena.

La pelinegra se agachaba a la altura de la rubia buscando su mirada, con sus pulgares secaba sus lágrimas, no dudaba en acercarse y unir su nariz con la de la desconsolada mujer - pequitas, mírame a los ojos - lograba su objetivo, la noche y la miel profundizaban la conexión - llegamos a los 50 solteras y con esto me refiero, que si para ese momento ella no se a casado contigo, no te a dado tu lugar ante la sociedad como su mujer y a Valentina como su hija - la sangre de la morena hervía al escuchar lo que ella aseguraba que era una mentira - promete que nos casaremos y formaremos una familia - la rubia se sorprendía con las palabras de la pelinegra - no te pido que me ames, pero si que le demos una estabilidad a Pingüino - Fernanda no pudo más con sus emociones.

Fer: te dije que no le vuelvas a llamar así a mi mujer y a mi hija, ¿quién mearda te crees para proponerle matrimonio? , vámonos May - la tomaba por el brazo y la sacaba del lugar para después ir a la habitación de la pequeña por ella, Ivo intentaba convencer a May que no se fuera con ella, intento que fue extremadamente inútil para ser francos, - sube al coche - ordenaba con firmeza a la rubia que un poco temerosa no duda en obedecerla.

El camino era silencioso, Mayte no tenía idea de dónde la llevaría aquella mujer que reflejaba odio en su mirada, el silencio fue derrotado y las melodías en forma de reproche invadieron cada centímetro del lugar.

Fer: enserio - preguntaba en seco a la rubia - enserio te propuso matrimonio estando ahí - decía sin dejar de manejar y perder de vista el camino - no le importó ni un poco y así quieres que no dude que entre tú y ella hay algo más - la rubia solo suspiraba conteniendo las lágrimas, de ella solo había obtenido fidelidad, como podía dudar si había dejado prácticamente todo por ella - Isabel sabe que andas con ella - detenía la camioneta en aquel mirador que fue cómplice de tanto amor y que tenía mucho sin ser visitado, la morena bajó del auto y comenzó a patear piedras.
Mayte no dudó en bajar dejando a la pequeña Valentina en su aviento de bebé, para intentar calmarla.

Su corazón latía fuerte, "como mearda puedes sostener tu mentira, siempre fui un juego, pero por qué no te puedo odiar, maldita la hora en que me enamoré de ti, maldigo el momento que fuimos nuestras por primera vez, maldigo este lugar" - eran los pensamientos que invadían a la morena.

La historia de un amor (Mayfer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora