Cap. LXV El privilegio de romperne el corazón

78 15 20
                                    

La joven se detenía a recuperar el aliento después de correr varias cuadras, Ilse aprovechaba el momento para bajar a prisa de su camioneta y frenarla antes de que tomara rumbo de nuevo, esta se acercó aprisa a la menor causándole un gran susto.
Ilse: Vale, tranquila soy yo - la joven la miraba aún exaltada, sus ojos desbordaban lagrimas - mi amor tranquila - la abrazaba pues la lluvia comenzaba hacerse presente, en la camioneta bajo el resguardo de la lluvia la mujer un poco temerosa de la reacción de esta preguntaba con voz suave - ¿qué pasó cielo? - la menor no contestaba - vamos a casa y hablamos - la joven se aclaraba aún más.
Valentina: no porfavor, no - rogaba entre lágrimas, la mujer intentaba por todos los medios calmarla.
Ilse: está bien mi vida, cálmate, ahorita buscamos un lugar donde podamos pasar la tormenta y calmarte - esto tranquilizaba un poco a la menor, los minutos pasaban, Ilse tomó la decisión de buscar en línea algún departamento donde pasar la noche, sabía que llevarla a un hotel sería riesgoso, un airbnb fue la mejor opción.

El dueño le entregaba las llaves y ella el pago en el punto acordado, la menor y la mujer llegaban al recinto, Ilse al verla algo mojada le sugirió darse una ducha, la mujer había comprado unas cuantas prendas para ella que había dejado en la camioneta pero al olvidar en cual bolsa estaban optó por bajar todas, la mujer lograba encontrar las prendas que necesitaba; la joven salía de la ducha su desnudez lograba poner nerviosa a Ilse, la menor se colocaba cada prenda escogida por esta, le quedaba tal y como lo había imaginado, la cena y la noche pasaba, la joven se acercaba curiosa a las bolsas que contenían lo que la mujer exploró toda la tarde, Ilse al darse cuenta entró en pánico.
Valentina: ¿qué es? - no dudó en preguntar al ver los nervios de su pareja.

(Flashback)

Ilse exploraba con gorra y gafas una tienda para adultos, ya saben de esas sex shop, la mujer buscaba algo para calmar su ansiedad, pues al ser una mujer madura, su cuerpo le pedía saciar sus ganas, pero su mente y corazón le recordaban que su pareja aún era muy joven para someterla a su ritmo sexual.

(Fin del flashback)

Ilse: son cosas de adulto - Valentina fruncía enseñó sin entender, pues sus madres nunca le hablaban de eso, para ser honesta su primer contacto con la sexualidad fue gracias a la mujer que tenía enfrente.
Valentina: ¿cosas de adultos ? - preguntaba con mucha curiosidad, la mujer no pudo evitar sentir ternura al ver la ingenuidad de esta, la inocencia e inexperiencia en forma de mujer; la mujer tomó la iniciativa y se arrodillaba junto a Valentina, sacaba una pequeña caja y la ponía en sus manos.
Ilse: ábrelo - Valentina miraba con extrañeza el objeto, el púrpura y plateado le lavan la atención - es un juguete, esta clase de juguetes ayuda a los adultos a liberar sus ganas - la menor estaba aún más confundida - es un vibrador o consolador, se usa cuando alguien siente la necesidad de tener intimidad y se da auto placer, aunque algunas parejas lo incluyen en su rutina al hacer el amor - Valentina fruncía enseñó mostrando un poco de disgusto con los objetos para su deleite personal de la mujer.
Valentina: ¿tú los necesitas ? - su voz era suave y temblorosa.
Ilse: lamentablemente si - eso hacía sentir mal a la menor, un sentimiento de insuficiencia la invadió e hizo que agachara la cabeza y preguntara un poco temerosa.
Valentina: entonces, ¿no te gustó lo que pasó ese día? - la mujer se dio cuenta de lo que la pequeña estaba sintiendo.
Ilse: no, no, no - decía nerviosa - yo no quise decir eso, mírame - levantaba el mentón de la menor buscando su mirada - estuviste perfecta, tan perfecta que mi cuerpo no se quedó en calma, a mi edad mi cuerpo me pide cierto nivel de actividad, y tú aún eres muy joven para ello, tu cuerpo no está listo, si por mi fuera te haría el amor todo el día, pero aún eres muy pequeña y muy aparte de mis deseos quiero cuidarte, no quiero ser el lobo que devora a caperuzita  sin piedad - la menor la miraba y luego agachaba la mirada, un leve susurro dejo escuchar la voz dulce y temblorosa de la joven.
Valentina: tal vez el lobo nunca tuvo la culpa, tal vez caperuzita le pidió con insistencia que la devorara- Ilse se quedaba pasmada ante las palabras de la joven.

Después de unos minutos en silencio la mujer comenzó a besarla suavemente, - ¿segura? - la menor asentía, la mujer la guió hasta la habitación del lugar tomando una de las bolsas, pues aunque lo negara deseaba que la menor aceptara sus deseos y compró algo por si el momento ocurría - ven - la guiaba a la orilla de la cama donde quitó cada una de las prendas que le impedían observarla de la manera que tanto amaba, era como ver la noche estrellada de van goh, sus pecas formaban la galaxia perfecta, la mujer la recostaba en medio de la cama - cierra los ojos - la joven obedecía, Ilse aprovechaba para despojarse de sus prenda y colocaba el arnés en sus caderas, apagaba las luces y dejaba una leve luz de noche, se posaba sobre la colocando una sábana encima para proteger su desnudez - ábrelos - veía a la mujer sobre ella antes de que los besos cubrieran sus mejillas - mi amor, ¿estás segura? - la menor volvía asentir - te amo - besaba a la menor abriéndose paso entre sus piernas, un ardor invadió el cuerpo de la joven, su cuerpo era envestido con suavidad, las uñas se impregnaban en la espalda de la mayor, el momento sucedió como Ilse lo imagino.

Recostadas en la cama, recuperando aliento por lo ocurrido, la mujer no dudó en ser sincera con la menor y expresar sus temores - tengo miedo, tengo miedo de no ser suficiente para ti, de ser juzgada, de romperte el corazón - la joven se levantaba un poco, con su mano giraba el rostro de esta obligándola a mirarla.
Valentina: Te regalo el privilegio de romperme el corazón, quiero que seas tú quien pueda o no hacerlo añicos, estoy dispuesta a soportar tu despedida, estoy decidida vivir una traición de tus labios, asumo las noches en vela, quiero que seas tú quien me traiga el insomnio y se lleve mi hambre, te cedo el honor de descubrir lo que me quita la fuerza, todo punto débil, todo lo que pudiera ser igual al talón de Aquiles, la bomba atómica jamás lanzada, la caja de Pandora 2.0,
que tus ojos sean los que puedan volverse pesadillas, que tu voz sea lo que tema escuchar en el silencio, quiero que seas esa fotografía que quiera romper y no, quiero ir contigo a esos sitios donde ya no querré, quiero que sea tu voz la que pueda quebrar mi sonrisa, elijo que seas tú mi tratado de guerra en cualquier momento, esta es mi manera tan drástica y abrupta de dar un «si», pero aceptando cualquier posible final doloroso y alternativo, lo demás, me será más fácil.

La menor era llevada al departamento donde se alojaría con Ivonne y Lucia, esta se despidió de Ilse disimulando el mágico momento que habían vivido juntas - la encontré caminando y la llevé a cenar - justificaba a la pelinegra, quien agradeció haberla cuidado, la mujer ingresó al departamento pues Ivonne al ver la hora le ofreció quedarse ahí, la noche transcurría y para la mujer el desvelo era total, imposible dormir con ella en el mismo lugar, la tentación la tenía despierta, en el sofá ahogaba su desvelo, cuando una voz la interrumpió.
Lucia: ¿señora está bien? - la mujer había ido por agua a la cocina, Ilse asentía- hmmm, sabe trabajo desde hace 20 años con usted, no se que tenga pero últimamente la noto rara - esto ponía nerviosa a Ilse.
Ilse: no tengo nada mi Luci, solo estoy nerviosa por la llegada de Fer, me preocupan  May y Vale - lucia cambiaba su expresión, esta se tornaba seria y de igual manera reflejan preocupación.
Lucia: igual a mi me preocupan señora, me preocupa mucho ver como esto le está afectando a mi niña Valentina, que más quisiera que meterla en una cajita de cristal y alejarla de todo lo malo, de tanto dolor - Ilse sonreía al escucharla hablar así, la mujer se retiró a su recámara, Ilse por su lado luchó hasta quedarse dormida.

Mis Mayferitos, buenos días, como amanecieron

La historia de un amor (Mayfer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora