Cap. LXXVIII Mi persona.

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En casa de la rubia el timbre sonaba de improvisto, la mujer bajaba rápidamente atender tan desesperado llamado, la palidez adornaba su rostro cuando vio a su hermana llegar acompañada de su sobrino, pues Isabel siempre anunciaba su llegada, la rubia un poco nerviosa los invitaba a pasar, pues su hija se encontraba en casa y pese a que su hermana ya sabía de su existencia no sabía cómo tomaría verla.

May: adelanté Isa- la mujer ingresaba a su hogar dando un beso en la mejilla, curiosa a la expectativa miraba a todos lados en busca del tan codiciado tesoro - hola hijo,  adelante - el joven también entraba con una pequeña cajita en la mano.
Isa: queríamos preguntarte si podíamos hacer una noche de películas, Chi no quiero estar lejos de ti - un ruido se hacía presente en las escaleras, Isabel se quedaba pasmada al mirar - ¿ella es? - la rubia solo expresaba nada en su rostro, pues no sabía cómo reaccionar - Hola - la mujer se paraba y se acercaba a la menor que se queda en shock con la presencia de su tía, Isabel no pudo evitar dejar caer un río de lágrimas, la idea de que hubiera un ser en el mundo hija de su hermana, su fiel confidente, de su alma gemela le ganaba en la emoción - es hermosa Chi - miraba con atención cada detalle de la joven - ¿sabías que nuestro bisabuelo tenía los ojos azules? - May se quedaba sorprendida con la información - es la primera en la familia que los hereda - no pudo más y con sus manos tomó a la joven jalándola hacia su pecho.

En ambas el tiempo se detuvo, y es que el universo jugó en pro para que se encontraran, -mi hija de alma - se repetía en la mente Isabel, un hijo de alma, como lo que concideraba que Joss era para Mayte, pues en ciertas creencias, se cree que cuando un hijo no puede llegar con su madre designada, busca el cuerpo y la conexión más cercana a ella, ella creía que Joss buscó la forma de llegar a Mayte a través de ella y con ese abrazo aseguró que Valentina era eso para ella - Es la niña que soñé, pero que no pude tener - la menor se queda pasmada ante la reacción.

Las lágrimas transcurrían y el abrazo era inminente, la conexión entre la tía y sobrina de volvió única, la noche caía y después de una larga tarde platicando tranquilamente, las jóvenes llegaron al destino original, esta vez era la pelinegra quien atendía al llamado, quedando un poco angustiada al ver a Paloma acompañada de María, está no dudó en dejarlas entrar a su morada.
Paloma: ¿está pingüino? - Ivo asentía sonriendo leve mente mientras suspiraba.
Ivonne: vaya que Pingüi está solicitada hoy - decía caminando adelante de las jóvenes.
Paloma: ¿por qué lo dices? - cuestionaba haciendo que la mujer se giraba con gracia y picardía quedando frente a frente.
Ivonne: Isa está con ella - apretaba sus labios.
Paloma: no - sonreía al decir eso - ¿cómo les fue?
Ivonne: genial - saltaba de emoción a los brazos de la joven - hicieron una conexión tan linda, no se han soltado - sus ojitos se volvían cristalinos - por fin mi pequeña tiene el amor que merece.
Paloma: lo sé - abrazaba a la pelinegra quien intentaba sostener las lágrimas.

El trío llegaba a la puerta de la habitación de la menor, donde todos se quedaron inquietos al ver la presencia de María.
Paloma: no se preocupen, ya lo sabe todo, mi mamá se lo termino de contar - la joven se acercaba a su hermana quien abrazaba a Isabel.
María: Hola - Valentina respondía con una sonrisa - eres muy linda.
Valentina: tú igual - la charla fue amena y si hay algo en que darle la razón a Ivonne es que la joven te iba un ángel que contistaba hasta el alma más fiera.

María se sentaba en el jardín mirando a la nada, sin percatarse que a unos metros de ella una figura igual se perdía ahí en sus pensamientos.
Ivonne: veo que se llevaron bien - la joven daba un leve salto - perdón no fue mi intención asustarte.
María: no te preocupes, yo - suspiraba - yo solo estoy confundida.
Ivonne: es normal tijeritas - movía sus pies en un gesto de amistad - es un poco difícil, por no decir muy difícil - miraba a la joven con empatía.
María: ¿tijeritas? - la joven no podía evitar sonreía sentir curiosidad por cómo la había llamado.
Ivonne: cuando eras niña- soltaba una sonrisa nostálgica - tu mamá y pequitas me ponían a cuidar de ti y de Palomita.

La historia de un amor (Mayfer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora