La historia de un amor (Mayfer)

Cap. LXVI. Huracan

El timbre desmoronaba el sueño de todas aquellas que gozaban dormir en la casa de Gabriela, las proyecciones que adornaban su descanso se esfumaban, la menor de las Lascurain se ponía de pie y de mala gana se acercaba a ver a travez del ojo mágico quien tenía la imprudencia de interrumpir su cita con Morfeo.

La mujer se hecho para atrás al ver a Isabel esperando respuesta y volviendo a tocar el timbre con insistencia - voy - abría la puerta rápido, la castaña se arrojaba a los brazos de su hermana de la emoción de verla, la sensación para Gabriela era completamente diferente, era como estar esperando a un huracán, que al momento que tocara tierra causaría estragos; "un huracán, eso es lo que es esta mujer" , su mente musitaba para ella misma, "es el huracán Fernanda y no se que categoría tendrá al tocar tierra poniendo un pie en mi casa" , miraba fijamente a la morena , "ojalá seas categoría uno, por que el corazón de mi hermana no soportaría tu catástrofe en categoría 5" - la voz de la castaña la saco de su trance.
Isa: ¿qué pasó Gaby? - reía levemente - todavía estás dormida - todos ingresaban a casa de la mujer quien no dudó en indicarle las habitación en las que se quedarían, para fortuna de Gabriela, su hermana se había evitado temporalmente encontrarse con la tormenta.

La mañana tocaba el rostro de la rubia, los rayos de sol besaban su mejilla, dejándole un calor que la obligaba abrir los ojos, la mujer se incorporaba en su cama cuando la vio sentada frente a ella, mirándola de pies a cabeza, agradeciendo abiertamente el paisaje que sus ojos apreciaban, no podía estar más encantada de que no perdiera la costumbre de dormir sin ropa.
May: ¿qué haces aquí? - se cubría con las sábanas, estaba segura que había puesto seguro a su puerta antes de dormir - ¿cómo entraste? - la mujer le mostraba un manojo de llaves en su mano.
Fer: Gaby las guarda en el mismo lugar - se levantaba acerba lentamente a la rubia, hasta tenerla frente a frente, verla paralizarse hizo que su cuerpo se estremeciera - extrañe a mi mujer - la mujer posaba su mano en su nuca, besándola con fuerza, dejaba caer todo su peso orillando a la rubia a recostarse, se abría camino entre sus piernas y justo antes de embestir Mayte logró recuperar el control, pronunciando lo único que su mente acertó a decir para zafarse de la situación.
May: porfavor vete que en cualquier momento llega Ilse - la morena se detenía y sus ojos se volvían amargos, su piel se erizaba de la furia.
Fer: ¿qué dijiste ? - sostenía las manos de May sometiendola.
May: que te vayas, que en cualquier momento llega Ilse, solo fue a comprar unas cosas, pero no tarda en llegar - la morena sostenía con fuerza a la mujer haciéndola dar pequeños gemidos.
Fer: ¿qué carajos tiene que Ilse llegue?, ni que ... - la rubia la interrumpía.
May: durmiendo con ella - la respiración de la morena se volvió pesada del coraje - si lo estoy, porfavor vete antes de que llegue y vea a su muj ... - la morena le quitaba la palabra.
Fer: no te atrevas, ni te atrevas a decir que eres su mujer - besaba a May - escúchame bien, tú eres ¡MI MUJER! - con fuerza pronunciaba - solo mía, y te lo advertí, que si te tocaba no iba a salir viva - soltaba a Mayte y se disponía a salir de la habitación.
May: ¿dónde vas? - se vestía lo más rápido posible.
Fer: a matar con mis propias manos a tu amorcito - abría la puerta y salía de la habitación, la rubia corría tras de ella intentando calmarla.

Paloma quien se encontraba durmiendo en la que era la habitación de Valentina se topaba a su madre y Mayte alteradas en el pasillo - ¿pasa algo? - su madre la ignoraba pasando al un lado de ella.
May: por amor de Dios, Fer ven acá- susurraba para evitar despertar a los demás, la rizada ignoraba por completo las súplicas de la mujer, su hija al ver el arranque que invadía a la mujer corrió tras ella.
Paloma: Mamá, ¿qué estás haciendo? - su madre la miraba con ojos de espada - ma, porfavor, hemos trabajado mucho en esto - intentaba desesperada calmar a su madre - toma tu medicamento.
Fer: no tomaré nada, te lo advertí María Teresa - su mirada se dirigía a la rubia - que si te tocaba alguna de ellas la llevaría al infierno con mis propias manos - May intentaba hacerla bajar la voz.

El ruido de un coche estacionándose en casa de la mujer interrumpía la tensión, la morena veía a la rubia con un ligero sarcasmo, con una sonrisa de victoria, cual cazador que su presa llegó al lugar indicado para atacar, está bajo corriendo las escaleras, May y Paloma corrieron tras ella y si, justo ahí atravesando la puerta Ilse llegaba a casa de Gabriela, las ojeras de la mala noche invadían su rostro, al ver a la morena solo sonrió forzadamente y de sus labios salió un una palabra, un leve susurro de que detonó todo - hola - la morena se abalanzó sobre de ella - suéltame Fernanda- luchaba por quitarse de encima a la morena, Paloma y May sujetaban en un intento inútil por frenarla.
May: Fer por amor de Dios, cálmate - la morena estaba fuera de si y no escuchaba nada - ya - Mimi salía de su habitación e intentaban calmarla, para buena suerte de todos, los otros tres recién llegados estaban sometidos en un sueño profundo gracias a su cansancio.
Mimi: ya Fer - lograba separarla, esto en un intento desesperado de seguir aferrada a la güera le arrancó la chaqueta, la mujer que se encontraba con una blusa de tirantes dejó expuesta su espalda.
Fer: te voy a matar - mordía a Mimi se le volvía abalanzar, pues la espalda de Ilse estaba llena de rasguños, Paloma miró a Mayte un poco triste, después de unos minutos bajo Gabriela y con toda autoridad sostuvo a Fer del brazo parándola.

Gabriela: escúchame bien ahí viene Isabel compórtate - las mujeres se separaban y retomaban su postura, Ilse se colocaba rápido la chaqueta, pero todos ahí notaron los rasguños que tanto enfurecían a la morena - estás en mi casa y la respetas, ya le hiciste mucho daño a mi hermana, también a mi sobrina, así que ya, si ella está con Ilse es su problema, tú eres casada - la morena giraba los ojos
Fer: estoy divorciándome para tu información- esta noticia sorprendía a la rubia, algo en ella la hizo latir fuerte y sentirse feliz.

Después de calmarse unos pasos rompieron La Paz mental de todos Isabel y los otros dos jóvenes bajaban a incorporarse al grupo.
Isa: mi Chi - abrazaba a May que estaba visiblemente nerviosa, Ilse saludó a todos y salió al jardín a despejarse y remojar sus pies en la alberca - y esas caras - la tensión se proyectaba.
Paloma: nada tía, tenemos hambre pero queríamos esperarlos para desayunar - Gabriela y Mimi preparaban el desayuno, Mayte por su lado evitado tener momentos a solas con Fer, por lo que decidió salir al jardín.

En aquel jardín la rubia bajaba se sentaba junto a la güera, la mujer al sentir su presencia siguió jugando con el agua, mayte suspiró avergonzada.
May: Ilse perdón - musitaba cabizbaja - yo le dije que dormías conmigo y que era tu mujer - la rubia relató lo ocurrido en su habitación - perdóname, fue mi culpa, se como es Fer, yo - Ilse suspiraba y miraba esta a los ojos, la serenidad en su rostro la hacía tranquilizarse.
Ilse: está bien May, no te tienes que disculpar - le tomaba la mano - fue la forma que buscaste de salir bien librada .

Fernanda veía desde la ventana a ambas mujeres, los celos hacían hervir su sangre, su ira está al límite, pero una mano la sacó de su colapso.
Paloma: Mamá no - la joven la abrazaba por la espalda.
Fer: la perdí - susurro mientras dejaba caer unas lágrimas - ella se la quedó - la joven abrazaba con fuerza a su madre.
Paloma: mamá duele, yo la verdad tenía la esperanza que regresaran, pero si ella es feliz, lo mejor es que la dejes ir, ya han sufrido mucho - la morena se aferraba a su hija - te amo, a ella igual - su voz era aún más baja - ¿dónde está mi hermanita? - la morena no tenía idea no supo que responder.

May: Oye Ilse - dejaba salir un par de risas pícaras - ayer te divertiste mucho - tocaba su espalda - ¿quién es el o la afortunada ? - la güera entraba en pánico, su cara era pálida pero si como una señal divina se tratara.

Isa: niñas entren a comer - la mayor de las Lascurain daba aviso que el desayuno ya estaba servido.
May: luego me cuentas eh - se levantaba para ingresar, la mujer no pudo probar bocado alguno de los nervios.

Mis mayferitos linda tarde, hoy es mi obra y ando en fa, los amo, ya se viene lo chido, estaba pensando en dejar la historia así por un inconveniente pero gracias a una de ustedes me animé a terminarla