15

2 0 0
                                    

Lo primero que hice al salir del auto fue tomar mi mochila azul. La explosión del vehículo a mis espaldas iluminaba el cielo oscuro, pero no me detuve a mirar atrás. Dentro de la maleta tenía todo lo necesario: mis planos, dinero en efectivo y un teléfono celular satelital. Con eso, podría buscar un refugio temporal y empezar a moverme antes de que los policías me atraparan.
Me adentré en el bosque, escuchando las sirenas y los pasos cada vez más cerca. Las ramas crujían bajo mis patas mientras mis ojos escaneaban los alrededores, tratando de evitar cualquier contacto. Pero, justo cuando pensé que estaba a salvo, sentí una presencia a mi espalda. Al darme la vuelta, vi a un policía que había logrado acercarse sigilosamente.Para mi sorpresa, cuando nuestros ojos se encontraron, su rostro cambió de inmediato, mostrando una mezcla de miedo y reconocimiento.—Tú... —balbuceó el oficial, temblando ligeramente—. Yo... Yo estuve dentro de ti, ¡durante tu transformación!Me detuve un momento. **¿Cómo era posible?** Este hombre había sido una de las almas atrapadas en mi interior cuando usé el Daemon Ritus. El miedo en sus ojos lo delataba. Aún recordaba todo lo que había experimentado.—Sufrí dentro de ti... todos nosotros sufrimos. ¡Tú me hiciste esto! —me gritó, dando un paso hacia mí, su mano temblando cerca de su arma.Lo miré con una sonrisa calmada.—No lo creo.En ese instante, sentí un calor familiar en mi pecho. El Daemon Ritus aún tenía control sobre ciertos aspectos de mi poder. Hice que mi pecho brillara, concentrando esa energía, mientras levantaba mi pata derecha. El brillo se intensificó y el alma del oficial comenzó a desprenderse lentamente de su cuerpo, dejando su forma física como una simple marioneta.—Ahora... dime, ¿qué ves aquí? —susurré, mientras su cuerpo vacío se enderezaba ante mí.El oficial, bajo mi control, giró hacia los demás que se acercaban en la búsqueda.—Nada por aquí. Revisé bien, sigan adelante —respondió, su voz monótona, siguiendo mis órdenes.Observé cómo los otros policías se alejaban, sin sospechar nada. Una vez que estuve seguro de que ya no había peligro, me acerqué al hombre que alguna vez fue él.—Tengo mucho trabajo que hacer, pero al menos es bueno saber que podré tener algo de ayuda —le dije, mientras me alejaba con calma hacia el interior del bosque, listo para continuar con mi misión.

VolveréWhere stories live. Discover now