Cerré los ojos y me deslicé dentro del cuerpo de Titan, quien estaba lo suficientemente cerca del ring como para tener una vista perfecta de todo el espectáculo. Observé cómo N' Goo Tuana irrumpía en la arena, con el rostro pálido y la voz temblorosa mientras gritaba:
"¡Zarkos, ¿dónde estás?! ¡Scrappy está libre y tiene el Daemon Ritus! Tenemos que irnos de aquí..." Su mirada recorría frenéticamente cada rincón del lugar, y al ver que no aparecía ningún rostro familiar, soltó un último grito en dirección a las sombras, "¡Zarkos!"
Aprovechando el momento, caminé hacia él. "¿Se te perdió algo?" pregunté con la sonrisa burlona de Titan.
N' Goo Tuana giró hacia mí, con la desesperación tatuada en sus ojos. "¡Necesito ver a Zarkos, tenemos que irnos de aquí... no es seguro!"
"Oh, vaya, ¿a quién le debes para estar tan asustado?" pregunté, cruzándome de brazos.El miedo en su cara se intensificó. "Sí, le debo a alguien... algo peor que cualquier cosa que un humano podría hacerme."
Sonreí, sabiendo bien lo que eso significaba. Robar su alma y atraparla en mí... era un destino peor que la muerte, y el saberlo me dio un estremecimiento de satisfacción. Pero me hice el interesado.
"¿Por qué?" le pregunté con un tono casi despreocupado.
N' Goo Tuana tragó saliva, bajando la voz mientras recordaba, su rostro un mapa de sombras y remordimientos. "Hace veinte años trabajé para un cachorro que... encontró un aparato llamado el Daemon Ritus. Él decía que quien lo usara tendría un poder ilimitado, el dominio del mundo entero. Cuando lo conocí... parecía solo un cachorro, pero me ofreció unirme a su ejército, y si me negaba... me convertiría en parte de su energía. Vi a muchos de mis amigos caer en Spooky Island, atrapados en sus manos."
La risa se me escapó. La historia que contaba no era sino un fragmento de lo que había sucedido. Pero verlo así, deshecho y al borde de la desesperación, me hacía disfrutar cada segundo.
N' Goo Tuana me miró, ofendido y asustado. "¿Qué... qué te pasa? ¡Te estoy diciendo la verdad, todos estamos en peligro!"
Aún me reía, y mi risa resonó en la sala mientras mi tono se volvía burlón. "Yo creo que el que está en peligro eres tú."
Más figuras aparecieron alrededor, guardias de seguridad, empleados, otros luchadores, y hasta algunos administradores. La tensión era palpable. Decidí dejar caer la última ficha.
"Sí, los únicos que tienen un alma aquí son Zarkos... y tú."
"¿Qué?" balbuceó N' Goo Tuana, mientras giraba con una expresión de horror en su rostro.
Entonces, como si fuera un acto teatral, la puerta central se abrió y mis amigos aparecieron, cargando el pequeño cuerpo de Scrappy, sentado en una silla diminuta. Ahí estaba, dormido, y con el Daemon Ritus colgando de su cuello. La escena era perfecta, y fingí sorpresa.
"Wow, en serio, me veo adorable cuando duermo," murmuré con voz falsa de asombro.
"¿Qué...?" N' Goo Tuana balbuceó, con el terror pintado en el rostro.
Miró fijamente al cachorro en la silla, y al reconocerme en esa forma, la realidad lo golpeó como un puño de hierro. No pudo evitar susurrar, casi sin aire, "¿Scrappy?"
Lo vi temblar, y sentí una satisfacción inigualable. "Así es," pensé, "ahora todo este teatro está por volverse una pesadilla... para ti."
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Volveré
FanfictionQué pasaría sí Scrappy Doo planeara vengarse de la vez en que Misterio S. A. frunció su plan y en esta ocasión él pueda hacer bien todo lo que hizo mal. Han pasado más de 20 años desde que Scrappy Doo se unió con el Daemon Ritus, un aparato con la...