N' Goo Tuana me miró como si estuviera viendo un espectro salido de sus peores pesadillas. Pude ver en sus ojos una mezcla deliciosa de sorpresa y horror mientras procesaba lo que tenía frente a él: yo, Scrappy-Doo, sin una arruga ni un rastro de los años que habían pasado. Su boca se abrió lentamente, y pude escuchar su voz temblorosa apenas susurrar mi nombre:
"Scrappy..."
Me reí, disfrutando el miedo que estaba generando en su viejo amigo. "Hola, viejo amigo," dije, saboreando cada palabra.
Él apenas podía hablar. "¿Q-qué... qué diablos estás haciendo aquí...? Tú... tú deberías estar en prisión."
"Oh, lo sé bien, créeme," respondí, con tono sarcástico. "Y tú deberías estar ayudándome. Pero veo que preferiste patearme cuando estaba en el suelo... en vez de ofrecerme una mano."
La expresión en su rostro cambió. Algo en él parecía pasar de la sorpresa a una especie de furia controlada. "¿Y qué quieres, Scrappy?" exclamó, recuperando parte de su arrogancia. "Ya no puedes hacer nada sin el Daemon Ritus... no eres más que un vil y egocéntrico idiota atrapado en el cuerpo de un simple cachorro."
"¿Así es?" dije con calma, mirando sus ojos fijos en mí, con esa expresión de desprecio que siempre había tenido cuando se trataba de subestimarme.
Con una sonrisa maliciosa, moví mi pata hacia atrás, deslizando el objeto que había mantenido oculto hasta ahora. Cuando el Daemon Ritus asomó de las sombras, pude ver cómo su rostro se desfiguraba en puro terror. "Sí, pero... tengo un viejo amigo que también te extrañaba."
N' Goo Tuana se quedó helado, sus ojos abiertos como platos, y pude ver cómo cada fibra de su ser intentaba comprender lo que iba a suceder si se dejaba atrapar.
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Volveré
FanfictionQué pasaría sí Scrappy Doo planeara vengarse de la vez en que Misterio S. A. frunció su plan y en esta ocasión él pueda hacer bien todo lo que hizo mal. Han pasado más de 20 años desde que Scrappy Doo se unió con el Daemon Ritus, un aparato con la...