Fred comenzaba a **hundirse más en sus pensamientos**, y yo, satisfecho con lo que había logrado hasta ahora, decidí **tomarme un pequeño descanso**. Mientras otros asistentes levantaban la mano para hacer preguntas, me recosté dentro de la mochila. A través de los ojos de Tom, pude ver cómo el tono de la conversación volvía a cambiar, esta vez hacia algo más ligero.
—¿Qué hay del resto del equipo, Fred? —preguntó una mujer desde la segunda fila.
Fred sonrió, pero no pude evitar notar una pizca de cansancio en su expresión.
—Aún resolvemos misterios, por supuesto —dijo, ajustando su postura—, pero hemos tomado la decisión de **darnos descansos** de vez en cuando, para enfocarnos en nuestros **proyectos personales**. No se trata solo de resolver misterios, sino también de desarrollarnos como personas. Cuando comenzamos, era más un **pasatiempo** que otra cosa. Pero cuando se convirtió en un trabajo, aunque fue emocionante, la magia comenzó a desvanecerse un poco.
**Lo separó de esa magia**... interesante. **Claro que lo hizo**, cuando alguien como yo los superó en su propio juego.
Fred continuó explicando cómo habían decidido separarse dos veces en el pasado, y cómo ahora disfrutaban de esos descansos ocasionales para volver a su pueblo natal. Hablaba con tal tranquilidad que casi sonaba como si quisiera **evitar profundizar** demasiado en esos recuerdos.
No podía dejar que Fred **se relajara** tanto. Así que, desde la boca de Tom, lancé mi siguiente comentario.
—He oído que en su pueblo tienen un **museo de villanos** —dije casualmente.
Vi cómo la **tensión** volvía a su cuerpo de inmediato. Fred me miró, incómodo. Sabía que esta era la tercera vez que lo ponía nervioso. Pero no podía resistir verlo sudar.
—Sí, bueno —Fred carraspeó—, después de tantas aventuras y de habernos enfrentado a tantos criminales con disfraces, es natural que el pueblo quisiera conmemorar... nuestros logros.
**Lo tenía**. Podía ver que se estaba poniendo nervioso de nuevo, especialmente cuando mencioné lo siguiente:
—Hicieron figuras de cera de todos los criminales **sin máscara**, ¿verdad?
Fred asintió, pero rápidamente intentó cambiar el tema.
—Sí, después de que un villano usó una máquina para darles vida a los disfraces... fue un desafío, pero... —Fred buscaba otra pregunta que lo salvara, cualquier cosa.
Lo dejé retorcerse un poco antes de continuar.
—Lo interesante es que tuve la oportunidad de ver el museo **en internet**, en la app que tienen. Algo me llamó la atención. De todos los criminales, hubo uno que destacaba. Si no me equivoco, **fue miembro de su grupo**, ¿no?
Fred intentó cambiar de tema de inmediato, pero **no se lo permitiría**.
—Era un miembro... curioso. —Sonreí mientras lo veía perder el control.
Fred trató de mantener la compostura.
—No... no hemos tenido un sexto miembro, solo éramos cinco...
Mi paciencia estaba a punto de agotarse. **Lo tenía justo donde quería**. Tomando aire, respondí.
—Por eso siempre me dijiste que **no existe tal cosa**. —Fred se detuvo en seco, sus palabras se cortaron como si acabara de recordar algo **importante**. Su mirada se quedó fija en mí, y pude verlo murmurar para sí mismo.
—No... no puede ser...
Lo vi fijarse en Tom, **como si me reconociera** a través de él.
Y en ese momento, salté fuera de la mochila, con una **sonrisa triunfal**.
—¡**Tatatata tata, poder perruno**! —grité, mientras Fred me miraba **boquiabierto**.
El caos estaba por comenzar.
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Volveré
FanfictionQué pasaría sí Scrappy Doo planeara vengarse de la vez en que Misterio S. A. frunció su plan y en esta ocasión él pueda hacer bien todo lo que hizo mal. Han pasado más de 20 años desde que Scrappy Doo se unió con el Daemon Ritus, un aparato con la...