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Ah, el deleite de ver a N' Goo Tuana reprimirse... ahí, al otro lado de la barra, tragándose el insulto con los labios apretados. Está obligado a atender a sus nuevos clientes, y ver la expresión de sorpresa en su rostro es casi tan satisfactorio como el insulto mismo. Al ver entrar a Fred y Daphne, N' Goo trata de disimular el impacto, aunque sé que ese fue un golpe directo a su orgullo.

—No puede ser... N' Goo Tuana, de Spooky Island —dice Daphne, visiblemente sorprendida.

N' Goo forzado a mantener la calma, responde:

—Sí, soy yo... ¿cómo has estado, Daphne?

—Bien. No te había visto desde que te arrestaron —responde ella, lanzando esa línea como si fuera una broma ligera, pero para N' Goo no hay nada ligero en ese recuerdo.

Lo veo esforzarse por sonreír, sin duda recordando cómo terminó en prisión; una especie de broma vieja que ya no tiene gracia. En mi mente, el momento es perfecto: esa humillación pudo habérsela ahorrado si no me hubiera pateado y burlado de mí cuando compartimos celda. Me acuerdo de cómo se atrevió a decirme que nunca podría mantener mi transformación por más de un día. Bueno, ahora las cosas han cambiado.

Desde los ojos de Tom, observo mientras N' Goo Tuana sirve un par de tragos para Fred y 

Daphne, y luego se retira, todavía masticando su frustración. Tom, bajo mi control, se queda en silencio, disfrutando del show.

—¿Estás emocionada para la lucha? —le pregunta Fred a Daphne, esforzándose en seguir la conversación.

—¡Claro que sí! —responde ella con entusiasmo. —Hace mucho que quiero ver una pelea de lucha libre en persona. Y más ahora que pueden llamar a alguien del público de voluntario.

El entusiasmo en la voz de Daphne es tal que noto cómo N' Goo Tuana, al otro lado de la barra, suelta el tarro de cristal que estaba limpiando. El ruido es suficiente para captar la atención de todos, incluyendo a Daphne, quien se vuelve hacia él.

—¿Estás bien? —pregunta ella, mirándolo con preocupación.

—Sí... sólo voy por una escoba —responde N' Goo rápidamente, y le hace una seña a uno de sus empleados para que cubra la barra.

Con pasos rápidos y algo rígidos, N' Goo Tuana se dirige hacia la bodega. Pero yo, desde dentro de Tom, sé exactamente a quién planea ir a buscar: a Zarkos. Es obvio que pretende advertirle o quizás planear algo. Pero no puedo permitir que eso interfiera con mis planes. Así que dejo el cuerpo de Tom y regreso a mi pequeño escondite en la esquina de la bodega, donde el Daemon Ritus me espera en una mesa.

Lo veo con determinación y murmuro para mí mismo:

—No lo harás, N' Goo Tuana.

Esta vez, todo va a salir según mi plan.

VolveréWhere stories live. Discover now