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"Esto es mejor de lo que imaginé, pero quiero más," pensé, mientras pausaba el video con mi pequeña patita. Al instante, mi cuerpo, que había alcanzado cinco metros de altura, regresaba lentamente a su tamaño normal. Todo, desde mis patas hasta mi cola, volvió a encogerse, pero algo era diferente esta vez. No había perdido ni las almas ni el Daemon Ritus. Podía sentir su poder aún dentro de mí, como una corriente latente esperando ser liberada.

En cuanto me transformé, fue un deleite sentir la fuerza fluir por todo mi cuerpo. Medir cinco metros nuevamente me trajo recuerdos de la última vez que usé el Daemon Ritus, aunque esta vez, no tenía esa gigantesca panza que me hacía ver ridículo. Las almas, en lugar de concentrarse solo en mi abdomen, se distribuyeron mejor. Las sentía recorriendo cada músculo, cada parte de mi ser, dándome una sensación de poder absoluto. Ahora, entendía que, si lograba seguir alterando mi ADN con cada absorción de almas, podría mejorar aún más mi transformación. Imagina lo que podré hacer con miles más...

Miré el Daemon Ritus brillando en mi pecho. La energía que emanaba era tan intensa que me dolió cuando tuve que invertir su función, liberando las almas nuevamente en la piscina que había preparado. Cada paso de la destransformación fue una agonía lenta. Mis colmillos menguaron, mis brazos perdieron su volumen y, finalmente, mi cabeza, que había crecido a proporciones gigantescas, se encogió hasta que quedé en mi forma normal. Pero esta vez no hubo frustración. Sabía que las almas estaban seguras en su piscina, y lo más importante, el Daemon Ritus permanecía intacto, guardado en mi pecho. Poder quitarlo sin esfuerzo y devolver las almas cuando yo quisiera... eso era control.

Ahora estoy sentado en la camioneta, con Titan y los otros luchadores bajo mi control, actuando como simples zombies mientras conducen. No dicen ni una palabra, simplemente siguen mis órdenes. Mientras tanto, no puedo apartar la mirada del Daemon Ritus en mis manos. La energía que contiene ahora es palpable. Cada vez que lo toco, siento una vibración magnética en mi pecho, como si el aparato quisiera volver a formar parte de mí, como si hubiera una conexión aún más profunda esperando ser desatada.

"Pronto..." susurré, mirando al horizonte, "Pronto lograremos nuestro cometido."Este poder es solo el principio.

VolveréWhere stories live. Discover now